15 nov 2013

Síguenos en www.sencillamentenatural.com

Por fin hemos hecho la página web con un blog precioso.

Desde hace un mes y pico estoy publicando en http://www.sencillamentenatural.com, allí puedes seguir viendo los artículos y las novedades. Y no son pocas, siento haber tardado tanto en avisarte, estaba tan emocionada con la nueva web que avisé por el boletín y las redes, pero no te escribí un pequeño post para avisarte del cambio.

Me encanta cómo ha quedado, así que pásate por allí para quedarte :-)

Un abrazo y seguimos en contacto,
Gala

26 sept 2013

Destete nocturno y colecho: es posible

Hace algunas semanas te contaba que estaba pasando por una racha muy amarga en mi maternidad. Agitación del amamantamiento que me producía rechazo con mi hijo a todas horas. Si no lo leíste, aquí puedes hacerlo. Ahora, vengo a contarte el final de esta historia. O al menos, el final provisional, ya sabemos que las cosas con los peques cambian muy a menudo, según pensamos que le hemos cogido el truco a algo, al día siguiente todo cambia. Si por algo se rige esta aventura de ser padres es por el continuo cambio de las situaciones y de nosotros depende adaptarnos a ellas o no. En mi caso, tomé la decisión de llevar a cabo el destete nocturno, con el "método padre", como te cuento en este post al que te hacía referencia. Una decisión que me costó mucho tomar, después de muchas y diferentes etapas no muy agradables.

Llevar a cabo cualquier tipo de destete no es nada fácil. Si lo decide el peque, por mucha tristeza que tengamos nosotras es mucho más agradable y llevadero, no hay broncas con él ni conflictos. Pero cuando quien lo decide es la madre, por la razón que sea, suele ser bastante más difícil.

En mi caso estaba muy desbordada y no había sido capaz de tomar la decisión, pero llegó un momento en que era la única salida que veía. Y lo llevamos a cabo con determinación. Si decides en algún momento llevar a cabo el destete tienes que tenerlo muy claro y tener mucha convicción, puesto que se pasan situaciones muy difíciles y hay que seguir adelante para terminar con éxito la tarea. Si tienes el apoyo de tu pareja y él te ayuda, mucho mejor porque será seguramente menos traumático para todos. Y si decides hacerlo tú sola, cárgate de paciencia y asume que va a ser difícil, pero que se pasará, os adaptaréis todos a la nueva situación.

Yo salí de la habitación. Habiendo pasado una semana fuera hice un intento de volver y fue un retroceso. La primera noche no se dio cuenta de que estaba porque estaba al otro extremo de él. Sin embargo, la segunda noche me acosté antes que mi pareja y cuando se despertó la primera vez fui lo primero que vio y volvimos a las andadas.

Volví a salir de la habitación. Pusimos una cama en la habitación del peque y me trasladé allí. Y para evitar que volviera a ocurrir un retroceso y de paso descansar yo mejor para reponerme del bache emocional y físico por el que estaba pasando, decidimos quedarme otra temporada allí. Ciertamente había noches mejores y peores. Alguna incluso se despertó sólo una vez en toda la noche. Otras veces, 5 despertares. Pero no llegaban a ser de la duración de antes cuando era yo la que le atendía. Solía calmarse antes con su padre porque sabía lo que había. Y no había teta.

Pasaron algunas semanas, diría que unas 3 semanas en total. A nosotros nos apetecía volver a dormir juntos, como pareja. Pero no queríamos trasladar al peque. Aún nos gusta dormir con él y disfrutamos mucho con sus despertares matutinos, cuando nos abraza, nos sonríe, nos habla en su idioma. Y la idea de que fuera la única solución a medio plazo nos llenaba de tristeza. Queríamos seguir durmiendo los tres juntos. Pero desde luego, la idea de dormir yo en otra habitación, no era algo que quisiéramos mantener mucho más tiempo. Como algo provisional, sí, pero, ¿qué solución veíamos a medio plazo? ¿Y si al volver yo a la habitación volvíamos a la misma situación?

Pero para saber si la situación avanzaba o no, había que comprobarlo. Así que volví a la habitación, con un poco de tensión. Juntamos la cama de la otra habitación con la nuestra y tenemos mucho espacio (tenemos los somieres sin patas, a la altura del suelo). Empecé con miedo... no quería volver a sentir de nuevo que no había manera de que la situación avanzara. Intentando no acostarme yo antes que mi pareja para que cuando se despertara siguiera atendiéndolo él y yo colocarme al otro extremo de la cama.


Esta no soy yo, es una imagen cortesía de FreeDigitalPhotos


Cada noche iba siendo más relajada y el peque ya se dio cuenta de que estaba yo también en la cama. Y si quería que lo atendiera yo, saltaba a su padre y venía a mi cobijo. Pero ya sin pedir teta, sólo abrazo. O se me tumbaba encima para tener contacto completo. O se me acurrucaba en el ala y se relajaba.

Llevamos unos 10 días y parece que vamos bien. Se calma bien sin teta, se ha acostumbrado a que por la noche no hay teta y la pide cuando se levanta por la mañana y ahí sí que le doy. Le doy al dormirse y al levantarse y estamos los dos encantados y llenos de amor. Ya no supone un obstáculo para nuestra relación mamá- bebé y tampoco para la relación de pareja. Y podemos seguir durmiendo todos juntos, como deseábamos.

Así que estoy feliz cual perdiz. Estoy descansando bien, puedo dedicar tiempo a mis asuntos personales y a mi emprendimiento, porque tengo energía puesto que he dormido. Por las tardes estamos felices de pasar tiempo juntos, nos reímos y hacemos el tonto. Por la noche disfruto cuando me abraza y se calma acurrucado junto a mí. Y seguimos disfrutando de sus despertares matutinos llenos de humor y amor.

Como ves, se puede destetar por la noche, sin que suponga mucho trauma para ninguno y seguir colechando. Con lo que me ha costado tomar la decisión y lo bien que nos ha funcionado.

¿Te ha ocurrido algo parecido? ¿Estás pensando en destetar? Comparte tu experiencia en los comentarios, ya sabes que me anima saber que me lees :-)

Feliz juernes (sí, esa manera de colapsar el jueves y el viernes),

Gala



23 sept 2013

Rutinas, ¿sí o no?

Hoy te traigo este tema de debate. Será porque es lunes y después del fin de semana llega de nuevo la rutina que me ha surgido éste asunto y no otro. Igual que después del verano y las vacaciones llega de nuevo la rutina en casa. Y la pregunta del millón, sobre todo cuando te conviertes en madre o padre... rutinas ¿sí o no?

Es bastante habitual ver familias que cuando tienen un hijo se vuelven unos obsesos del reloj. Para todo. Para hora de desayuno, de comida, de cena, de siesta de la mañana, de siesta de la tarde, de hora de dormir... La misma rutina de baño, masaje, cena y a dormir... etc. Dicen que las rutinas a ellos los relajan porque aprenden qué va después y les ayuda a sentirse seguros. Yo no sé si eso es aplicable a todos o no.

Imagen cortesía de freedigitalphotos.net

En mi caso reconozco que no lo he sido, y cuando he querido poner un poco de orden no lo he conseguido porque mi niño ha ido por libre. Y cuando yo lo he intentado ha sido porque se volvía una situación insostenible para la familia. Se dormía tardísimo por la noche. No teníamos tiempo ni para recoger la mesa de la cena. Estábamos deseando que fuera un niño de esos que se duermen sobre las 20:30 o 21h y dejan un ratito de tranquilidad a sus padres para hablar entre adultos, para recoger un poco la casa, preparar comidas para la semana... lo que implica la vida diaria. Aún así, cuando yo he intentado marcarle un horario de siestas ha sido muy estresante porque cuando estaba muy cansado yo intentaba que no se durmiera y era peor. Además, cuando dormía tenía que ser conmigo al lado, en cuanto me iba de su lado tardaba 20 minutos en despertarse, por lo que pasar las 24h del día con él suponía eso, las 24h. No podía aprovechar sus sueñecitos para hacer nada y ese desorden interno mío se reflejaba en el exterior. A nivel de mi emprendimiento, de mi casa, de mi alimentación, de mi familia, de la relación de pareja y en mi humor y estado de ánimo.

Entonces, ¿qué nos ha ayudado en nuestro caso? Nuestro hijo ha empezado la "guarde" en julio (aquí puedes leer qué tuvimos en cuenta para elegir dónde llevarlo) y eso nos ha organizado a todos la vida. Él ha cogido el horario sin estrés, fácilmente. Allí si algún día ha tenido sueño por la mañana lo han echado un poquito a dormir, pero han sido veces contadas, puesto que con los otros niños, el jardín y con tanta distracción le es fácil aguantar hasta después de comer. Sin embargo, con nosotros en vacaciones y fines de semana, bastante a menudo se duerme una siesta a media mañana y otra después de comer.

Por curioso que parezca, la completa dedicación a mi hijo no me dejaba tiempo para nada más. Y ahora que hemos entrado en estas nuevas rutinas relajadas el tiempo cunde mucho más. Hay tiempo para casi todo. Estamos mejor como pareja, nuestra casa mucho más ordenada (sin volverse locos, pero un mínimo), nuestra relación con el peque mucho más fluida, agradable y amorosa, con menos estrés porque hemos podido dedicar tiempo a las otras áreas necesarias en la vida.

Y es que en nuestra familia nos ha venido muy bien esta rutina de él. Cuando tienes un hijo la rutina de él es la que manda y si él tiene una rutina estable, la vida familiar consigue un poco más de rutina estable, para cosas tan necesarias como preparar comidas y alimentarse bien, organizar la casa, la ropa...


Además, a mí me ha ayudado mucho para coger rutina para escribir en el blog y trabajar en el ordenador, planificar y preparar talleres con la vuelta al cole, después del parón de verano. Y así, todos disfrutamos más porque tenemos un poco más de tiempo para dedicar a todo lo necesario y lo que nos hace felices.

¿Qué quiero decir con todo esto? No digo que las rutinas sean mejores o peores, seguramente va en función de las familias y de los bebés. Hay bebés que cogen su propia rutina ellos solos y podemos amoldarnos bien a ella. No digo que sea obligatorio tener unas rutinas estables, pero en mi experiencia nos ha ayudado a equilibrar un poco los tiempos dedicados a unas cosas y a otras. También es verdad que cada niño marca un poco los ritmos y no siempre es fácil adaptarse a ellos o llegar a un punto agradable para todos.


Sin embargo, una rutina muy estricta implica vivir estresados y pendientes del reloj a todas horas, sin ser capaces de hacer excepciones, puede llevar a sentir que se ha perdido todo tipo de vida en pro de la "nueva rutina familiar". Y sí, la vida ha cambiado, ya no somos 2, somos 3, pero se trata de buscar un equilibrio que nos permita estar a gusto a todos. Los adultos queremos seguir viendo a nuestros amigos, salir a cenar fuera, salir al campo... Por esto me gustan mucho los portabebés, que permiten que el bebé duerma en cualquier sitio si es su momento, pegadito a mamá o a papá mientras ellos pasean, comen o disfrutan de un rato en la naturaleza, sin verse así tan limitadas las actividades que pueden hacer todos juntos. En casa podemos tener la rutina de bañar al bebé a las 20h, luego cenar y dormir. Pero si un día salimos con unos amigos a tomar algo, ese día puede no haber baño y el niño puede dormirse en el carro o en la mochila. Y todos felices y disfrutando de todas las facetas de la vida. En la flexibilidad está el truco.

¿Cuál es tu experiencia con las rutinas? ¿Te han ayudado? ¿Vives bien sin ellas? ¡Deja tu comentario!

¡Feliz semana!
Gala

20 sept 2013

Entrevista a Pilar Martínez y Mónica Serrano

La maternidad es maravillosa, ¿verdad? Y también muchas veces desquiciante, desbordante, siempre intenso. Saca lo mejor de nosotras y también lo peor, ¿estás de acuerdo? Pues bien... con respecto a la lactancia en concreto pasa igual. Es precioso amamantar a tu bebé, es una relación especial entre ambos y son unos momentos inigualables, pero hay veces que tenemos situaciones con las que podemos sentirnos estresadas o saturadas.

Seguramente todas nos hemos sentido desbordadas en algún momento en nuestra lactancia (mi experiencia te la conté en este post, aunque ya han cambiado las cosas y tengo pensado un nuevo post para contártelo, puesto que estoy muy feliz de nuevo y hemos conseguido el objetivo), ya sea al comienzo de la misma o más adelante. Es genial poder tener un entorno donde no sentirte juzgada y poder expresar todo el remolino de emociones que puede suponer la lactancia materna.

Alguna vez a través de Facebook ya te he hablado de Pilar Martínez, autora del blog Maternidad Continuum y de varios libros sobre lactancia materna (Destetar Sin Lágrimas, Los 5 pasos para tener éxito en tu lactancia materna.

Pues bien, en esta ocasión se ha unido con Mónica Serrano de Psicología y Crianza para crear una Videoconferencia sobre Aspectos Emocionales en la Lactancia. Por este motivo he decidido hacerles una entrevista a las dos, para que nos cuenten un poco sobre este interesante proyecto.

Aquí puedes leer las preguntas y sus respuestas:


¿Cómo surgió la idea de crear este taller?

La idea surge como respuesta a una demanda muy generalizada: madres desbordadas emocionalmente a lo largo de sus lactancias. Madres que no disfrutan de su lactancia y que se sienten muy solas porque “deberían” sentirse pletóricas de felicidad.

Madres cuyas sombras aparecen de una forma intensa y que necesitan entender lo que les está sucediendo.

Son tantas las consultas que ambas recibimos sobre este asunto que decidimos ofrecer un taller específico para ayudar a las mujeres a identificar sus emociones, reconocer sus necesidades y gestionar sus sentimientos adecuadamente para poder disfrutar de lactancias más positivas y felices.


¿Cuál es el contenido del taller?

Nos basamos en el análisis de las expectativas personales como punto de partida. Después, consideramos importante analizar la confianza en la propia capacidad para el amamantamiento, estudiar el desarrollo del postparto inmediato, la importancia del contacto precoz y de las primeras tomas, las tomas nocturnas y el cansancio extremo de las madres lactantes, el papel del padre y los referentes culturales como base de las emociones maternas.

Trataremos también temas cómo el reconocimiento de las propias necesidades, la sexualidad durante la lactancia y los miedos sin olvidar hablar de las emociones del bebé amamantado y su fusión emocional con la mamá.


¿Qué queréis transmitir con esta Videoconferencia?

Realmente queremos ayudar a las madres lactantes a tomar conciencia de la esfera emocional como aspecto esencial en la lactancia para, así, dotarlas de la capacidad de afrontar dichas emociones. Creemos que la toma de conciencia es esencial para el adecuado manejo de las mismas.

También queremos crear un espacio en que compartir experiencias y hablar sin tapujos de los que estamos sintiendo, porque vamos a abrir un grupo de facebook privado ara todos los asistentes al taller.


¿Qué debe hacer alguien que quiera apuntarse?

Entrar en este enlace y reservar su plaza. Hay que darse un poco de prisa porque sólo hemos abierto 25 plazas para asegurar que el trato a los asistentes es personalizado.

La videoconferencia será el viernes 27 de septiembre, a las 11:30 h (hora de Madrid), pero si no puedes conectarte en directo, recibirás la grabación del mismo. Y por supuesto, todos los asistentes recibirán también el acceso al grupo privado de facebook y una Guía con las pautas ofrecidas en la charla.

Aquí tienes la infomación resumida, en el siguiente cartel:



Estas dos mujeres tienen un éxito imparable, así que si te interesa el taller, corre, porque suelen empezar a llenarse pronto. Con internet en nuestras vidas, no hay fronteras, esto es maravilloso. Podemos crear una tribu virtual amorosa en la que compartir nuestras más íntimas experiencias y sentirnos apoyadas por mujeres a las que ni siquiera conocemos. Maravilloso, ¿no?

¿Qué te parece este taller?¿Conocías a Pilar y a Mónica? Interesante su labor, ¿verdad?

Sin más, te deseo un feliz fin de semana (¡por fin viernes!).

Gala

18 sept 2013

Galletas de avena veganas (sin trigo, lácteos, azúcar y huevo)


Hoy te traigo una receta de galletas de avena veganas (sin huevo ni lácteos), pero, además, sin azúcar ni trigo. 

El trigo suele sentar mal, da gases e hincha, muchas veces los problemas de obesidad vienen de una cierta intolerancia al trigo que la mayoría de la gente tiene y no sabe. El trigo se ha manipulado mucho a lo largo de los años para poder tener panes más esponjosos y usarlo en repostería, masas... y el cuerpo humano por lo general no lo reconoce ya y no lo tolera bien. Aunque no notes nada raro cuando comes trigo, puedes hacer la prueba de dejar dejar tomar trigo un par de semanas y verás cambios. Incluso en trigo integral está muy modificado.

Las galletas que podemos encontrar en el mercado suelen de todas con trigo refinado o integral (además de llevar mucho azúcar también). Hay algunas excepciones como galletas hechas con harina de espelta, centeno o kamut (hace un tiempo publiqué una receta de un pan de kamut rápido de hacer, aquí puedes verla), que además suelen llevar otros endulzantes que no son azúcar refinado. Pero son más difíciles de encontrar, yo las compro en tiendas de alimentación ecológica y la verdad es que son muy caras.

Buscando recetas de galletas para probar a hacer en casa encontré ésta del blog El festín de Marga pero le hice mis cambios para hacerla a mi gusto.

El ingrediente principal en esta receta es harina de avena que es bastante barata dentro de las harinas que no son las de trigo habituales. Y la harina secundaria puedes variarla según te apetezca. Puedes poner de centeno, de espelta... yo he puesto de kamut porque me gusta bastante, aunque es cara, pero es suave de sabor.

Como endulzante, sirope de ágave. El azúcar refinado está bastante desaconsejado. También puedes usar melazas de cereales que tienen una textura parecida a la miel. Son azúcares de absorción lenta que ayudan a tu cerebro a ponerse en marcha, mientras el azúcar no cumple esa función. Además de otras muchas razones por las que es mejor reducir el consumo de azúcar.

Tengo pendiente añadir jengibre a la receta, seguro que quedan estupendas. Una amiga me ha dicho que va a probar con coco. Estoy deseando volver a hacerlas. Así quedaron la última vez que las hice. ¡Ñam!




Y ya paso a contarte cómo hacerlas.

Ingredientes:
  • 300 g de harina de avena integral
  • 100 g de harina de kamut
  • 250 g de copos de avena integrales
  • Una cucharadita de levadura química
  • ½ cucharadita de bicarbonato sódico
  • 200 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 200 ml de sirope de agave

Preparación:
  • Pon el horno a precalentar a180°.
  • Mezcla en un bol los ingredientes sólidos: las harinas, los copos de avena, la levadura y el bicarbonato.
  • Añade los ingredientes líquidos: el aceite y el sirope de ágave e integra todo bien removiendo con una espátula de cocina o una lengua.
  • Pon papel vegetal en la bandeja del horno y haz bolitas con las manos (además es muy relajante), ponlas en el papel vegetal y aplástalas. Si prefieres darles formas puedes extender la masa y usar cortapastas.
  • Mete la bandeja en el horno unos 10 minutos. Ponte una alarma para que te avise porque se hacen muy rápido. Es mejor que queden más claras en lugar de doraditas porque así por dentro estarán más blandas y al sacarlas endurecen un poco. Si no, pueden quedar demasiado duras.

Salen bastantes galletas, puedes guardarlas en una bolsa de congelar y dejarlas en la despensa.
Son muy fáciles de hacer y para preparar con niños son ideales. Es una forma estupenda de divertirse a la vez que preparan su propia comida y aprenden algo de cocina saludable.

¿Sueles hacer galletas? ¿Con tus hijos sueles cocinar? Deja tu comentario aquí debajo :-)

Que tengas un feliz y creativo miércoles.

Gala

16 sept 2013

11 puntos a valorar para elegir guardería (parte 2)

La semana pasada publiqué la primera parte de este post, respecto a algunos puntos que me parecen importantes a la hora de evaluar una escuela infantil, coloquialmente, guardería. Como el post sobre esta temática era bastante largo lo he dividí en 2 para dosificarte la información un poco y que no se te haga densa y aburrida. Te invito a leer la primera parte para tener la introducción y la visión global del artículo. Aquí puedes leerla.

En la primera parte del post empecé la enumeración de puntos clave a la hora de decidir dónde dejar a tu hijo. Aquí te dejo los siguientes puntos que he recopilado. Seguro que hay muchos más interesantes, hay posibilidad de que en algún momento tenga que publicar una tercera parte :-):

  •  Que tengan unos horarios básicos pero orientativos. Entiendo que tengan hora de comer y hora de siesta. Pero no hace falta mucho más. En la nuestra cuando preguntamos horarios nos dijeron hora de comer, siesta y merienda (que va todo seguido). Y cuando pregunté qué hacen con ellos durante el tiempo que están allí me dijo con una cara de extrañada por mi pregunta "pues jugar y nos gusta mucho estar en el jardín, siempre que podemos salimos". Y con eso a mí ya me conquistó bastante, en comparación con otras que vendían unos horarios infernales de actividades dirigidas y 2 tiempos de recreo, como si fuera un colegio. Otra cosa que me gusta mucho es que los de cierta edad ya no duermen siesta por la mañana, pero si tienen sueño, los acuestan. No son rígidas. También es verdad que en nuestro caso ha ocurrido muy poco, porque llega allí y tiene tantas distracciones que aguanta estupendamente hasta la siesta que es en torno a las 13h. Sin embargo con nosotros en vacaciones o fines de semana a las 11:30 se tiene que echar un ratito porque no aguanta más.
  • Que los cambios de pañal sean los adecuados. Por lo que yo he visto en las que he visitado, tienen horarios de cambio de pañal (por ejemplo antes de comer, después de la siesta o algo por el estilo), pero están siempre pendientes a si uno se hace caca. Es importante para que no se les irrite el culito.
  • Que la comida sea la que tú consideras adecuada o te permitan hacer algún cambio si no lo es. Yo con esto no estoy muy conforme pero todas funcionan igual. Proteínas animales a diario y metidas en el puré de verduras (el primer año). Sin embargo, cereales no les dan, entienden que se los das por la mañana en el desayuno, pero con la de energía que consumen, sería interesante. Por ejemplo, me parecería mejor un arroz con verduras :-).
  • Que no les den ningún medicamento sin llamarte antes. Ni apiretal ni dalsy ni nada.
  • Que te informen de todo a diario cuando vas y te dejen pasar a buscarle a su clase o al jardín (en lugar de traerlo a él a la puerta) porque así puedes verlo en acción jugando, es muy bonito verle en el ambiente sin que te vea él, porque no sabes cómo está el resto del día, si está contento, si juega, etc.
  • Que te pille cerca para poder ir dando un paseo. Ahora con el calor pues es difícil, pero dentro de nada ya se podrá ir dando un paseo y de vuelta a casa pasar por el parque, por la tienda. Hemos perdido ese tipo de relación con el barrio y a mí me encanta. Bastante coche tenemos ya todos los días.

Nuestra adaptación fue muy tranquila. Cuando fuimos a hacer la matrícula estuvimos un ratito en su clase con su maestra y sus compis. Enseguida se me tiró de los brazos al suelo y quiso ponerse a jugar. Otro día fuimos de visita un ratito también. Después, ya empezando el periodo de adaptación, el primer día yo me quedé con él, estuvimos unas 2h y nos fuimos a casa juntitos.

Y luego fuimos poco a poco. Estuvo una temporada llorando al quedarse, pero no era un llanto de angustia, eso se nota, era más como "joo, no te vayas, anda". Y yo cuando me salía del aula me quedaba escuchando a ver cómo seguía, si lloraba de angustia pensaba llevármelo a casa o quedarme, intentar hacerlo de la mejor manera para él. Pero le duraba 1 minuto el llanto y luego las maestras siempre decían que se lo pasaba bien, al principio más retraído y luego más animado conociendo e investigando.

Al principio comía peor, pero enseguida se adaptó y se lo zampa todo. La primera semana fue un poco difícil porque como cambian los horarios luego están cansados y hasta que se adaptan es un poco odisea. Pero estos peques se adaptan a todo en tiempo récord, somos nosotras las que peor llevamos este tipo de cambios. 

Ahora cuando lo llevamos a la escuela por la mañana y ve que llegamos a la escuela la señala, emite sonidos de alegría y se pone feliz.

¿Cuál ha sido tu experiencia? ¿Fácil? ¿Angustiosa? Ya sabes, el blog se alimenta de tus comentarios, cuéntame si te apetece. Seguro que me he dejado otras cosas importantes en el tintero... admito tus sugerencias también :-)

13 sept 2013

11 puntos a valorar para elegir guardería (parte 1)

Esta semana ha llegado la vuelta al cole. Para algunos peques sus primeros días de separación. Es un proceso para toda la familia. Yo te voy a contar mi experiencia y cómo puedes hacer para elegir un lugar que te guste, donde dejar a tu hijo y qué hay que tener en cuenta, desde mi punto de vista. 

Si ya tu peque ha empezado esta semana, ¿qué tal está siendo? ¿Cómo lo lleva? ¿Y tú? 

Por lo que he visto hasta ahora las mamás lo llevamos peor que los papás. Diría que ellos suelen ser más capaces de aceptar que es un proceso de adaptación para toda la familia. Sin embargo parece que nosotras, las mamás, nos apegamos más a la tristeza y a la culpa y empatizamos más con los nenes, igual hasta demasiado. Y digo demasiado porque ellos nos necesitan bien y confiadas. Cuanto más seguras nos ven de nuestra decisión y nuestra elección más confían ellos. Somos sus modelos y sus figuras de protección. Si a mamá no le gusta el lugar donde me deja... ¿cómo puedo estar tranquilo yo si es ella la que me cuida y no la veo convencida de que sea el mejor lugar para mí?

Mario ha empezado la guarde este verano. Para mí fue muy difícil aceptar que necesitaba ayuda con él y que necesitaba buscar un lugar donde dejarle unas horas, puesto que no tengo familia que me ayude durante el día y hasta que venía el papá estaba sola con él. Y no sé si vuestros peques os dan tregua, pero yo poco puedo organizarme estando con él.

Así que una vez asumido que necesitaba ayuda, buscamos opciones. Madres de día en verano, difícil. Así que optamos por visitar algunas escuelas infantiles de la zona y ver qué feeling nos daban. Visitamos 5 escuelas.

¿Qué valoraba yo a la hora de la visita? ¿Qué preguntas me preparé? El post me ha quedado bastante largo, así que para que puedas leerlo sin que te parezca un mogollón lo voy a dividir en 2.

Te lo voy a detallar aquí los primeros puntos a tener en cuenta.
  • Que no te vendan la moto. Siendo escuelas privadas me parece un punto importante. Hay mucho marketing en esto, se mueve mucho dinero. Y te cuentan que la comida allí es maravillosa, que utilizan tal método, que las instalaciones son lo mejor. Aquí no hay que dejarse embaucar. Todo esto es importante, pero la base es otra. Sobre todo hay que ver qué hay detrás de esas palabras preciosas.
  • Que ofrezcan sencillez: juego sin métodos revolucionarios. Los métodos para hacer bebés inteligentes me producen un poco de rechazo. Estimulación, inglés, teatro, música. Me parece que son intentos de introducirlos en horarios demasiado estresantes, ya tendrán tiempo, ¿no? Incluso en una de ellas la directora cuando le pregunté por el horario de mañana me dijo que ¡se perdería las actividades de la tarde! Esa, descartada. Desde mi punto de vista necesitan un lugar que les deje libertad para desarrollar su creatividad, mucho juego libre y acompañamiento cuando sea necesario. La psicomotricidad se aprende de manera natural si necesidad de tener un horario para psicomotricidad fina, otro para psicomotricidad gruesa. Si dejas a los niños comer con las manos, es psicomotricidad, si les das espacio para jugar y moverse, con juguetes grandes, pequeños, obstáculos, botes con rosca, vasos apilables, botellas... todo son juguetes para ellos y ejercitan la psicomotricidad también.
  • Que ofrezcan una adaptación flexible. Muchas escuelas tienen el plan de adaptación del peque muy estricto con el argumento de que "si te dejan hacer esto a ti, entonces tienen que dejar a todos". Una cosa es que tengan un plan de adaptación y otro que no sean flexibles para contar con las necesidades de cada familia. Para mí la adaptación flexible consiste en:
    1. Tiempo que pasará cada día en la escuela durante el periodo de adaptación. 
    2. Tiempo en días que dura la adaptación hasta que se quede a su jornada completa.
    3. Que te dejen quedarte con él si lo consideras adecuado. Este punto me parece importante porque no es lo mismo que el peque conozca las instalaciones y a las maestras de tu mano que solo. Si él ve que tú estás a gusto con ellas, te ve relacionarte con ellas, estás en su entorno, es más fácil que se quede tranquilo y confiado.
  • Que los cojan en brazos sin excusas. He oído la excusa de "es que si lloran los 8 a la vez no los puedo atender, así que no les cojo". Eso no me vale, porque no lloran todos a la vez, y si te necesita alguno, ¿no puedes cogerlo en ese momento? En la nuestra me gustó mucho que disfrutan cogiéndolos en brazos. Mario es muy mimoso y algún día durante su primer mes cuando llegué a buscarlo estaba en brazos de una de las maestras y le pregunté si le pasaba algo. Y me respondió tan pancha "no, es que es un mimoso y me encanta, me pide brazos y a mí m gusta mucho cogerle".
  • Que les dejen madurar a su ritmo. Yo pregunté en concreto sobre caminar y sobre el control de esfínteres. Mario entró con 15 meses y medio y aún no caminaba, ni intentos que hacía. Y yo no quería forzar su desarrollo. El asunto del abandono del pañal es algo muy fluido si no lo aceleras y eso es lo que me gustaría para mi hijo. 

Tengo algunos puntos más en el tintero, los que faltan hasta los 11 :-). Estos próximos días podrás leer la segunda parte del post. Lo que has leído hasta ahora, ¿qué te parece? ¿Estás de acuerdo? ¿Cuál es tu experiencia?

¡Feliz fin de semana!
Gala