10 sept 2013

Cus cus de quinoa y canela





Como hace tiempo que no publico recetitas y tengo algunas pendientes, hoy traigo una deliciosa y diferente: cus cus de quinoa y canela.

Es el plato que hemos comido hoy y ha sido todo un éxito. Se puede tomar caliente si es invierno, templado o incluso frío a modo de ensalada.

El ingrediente principal es la quinoa, un pseudocereal poco conocido pero estupendo. Esto dice Odile, de Mis recetas anticáncer, sobre la quinoa:

"La quinoa tiene proteínas de alta calidad y una excelente proporción de aminoácidos. Se usa en los suplementos para astronautas diseñados por la NASA. Además la quinoa no contiene gluten y su índice glucémico es muy bajo. Se considera el cereal (o más bien el pseudocereal más nutritivo del mundo)."

En casa es uno de los habituales, junto con el mijo, la avena y el arroz integral, aunque este último lo estamos dejando un poco de lado. A mí me gustan mucho las mezclas de sabores dulces con salados junto con cereales. Por ejemplo: calabaza, zanahora, pasas... En esta ocasión he hecho una mezcla entre una receta que suelo hacer y una que vi el otro día en el programa de Ana Moreno "100% Vegetal". Y nos ha gustado mucho. Está bien dar al paladar diferentes tipos de sabores para evitar que luego te pida un dulce de postre :)

Paso a detallar la receta, que me enrollo como las persianas.


Ingredientes:
  • Quinoa
  • Cebolla o puerro o ambos
  • Verduras u hortalizas dulces como zanahoria o calabaza
  • Calabacín o cualquier otro tipo de verdura de sabor un poco más neutro
  • Un poco de ajo si se quiere para dar sabor
  • Uvas pasas y orejones
  • Sal
  • Canela


Preparación:
  • Cocemos en un cazo la quinoa. Yo no mido mucho el agua que le pongo, echo bastante y cuando está hecha la saco y la cuelo para quitar el exceso de líquido.
  • Mientras se cuece la quinoa, cortamos la cebolla y el puerro y las verduras dulces y las ponemos a pochar en una sartén con aceite no muy caliente (ya sabes, el aceite no debe humear), con un poquito de sal para ayudar al cocinado. Si queremos poner ajo, lo añadimos ahora. Yo eché un diente pero cortado muy grande para poder quitarlo bien, que en casa no nos gusta mucho comerlo.
  • Cuando empiecen a estar un poco blandas echamos el calabacín que tiene más contenido de agua y se hace antes que las anteriores. Yo en este caso no tenía y no le he puesto, queda rico igual.
  • Echamos un poquito de canela en el sofrito. Es un toque diferente que queda riquísimo con el dulce de la calabaza o zanahoria y las frutas secas.
  • Cortamos unos orejones en trozos del tamaño deseado.
  • Cuando estén las verduras ya pochadas y cocinaditas, echamos las frutas secas (uvas pasas y orejones cortados) y meneamos algunas vueltas.
  • Si tenemos la quinoa ya cocida podemos añadirla a la sartén con el sofrito para que coja el sabor. Si no, no pasa nada, se puede montar en el plato o en la fuente.

Una variación que podemos incluir si lo tomamos frío o templado es añadir algo crudo y de paso nos llevamos todas las propiedades de las hortalizas crudas. Puede ser un poco de zanahoria rallada, tomate, apio, calabacín en tiras (hechas con el pelador, por ejemplo)... 

Este plato está de rechupete, a nuestro peque le ha encantado así que se convertirá en uno de nuestros nuevos favoritos. Tiene una combinación de dulces con canela y verduras que lo hace atractivo y poco aburrido. Super nutritivo, rico y otra nueva forma de comer verduras para los peques.

A veces me encuentro haciendo los cereales todos de la misma manera con la misma combinación y es aburridísimo, así que... a seguir investigando.

¿Cómo los cocinas tú? ¿Cuáles son tus cereales preferidos? Déjame un comentario aquí abajo y cuéntame :-)



6 sept 2013

Cómo adaptar tu casa para los niños

Cuando tienes hijos todo cambia, sí. Cambia la relación de pareja, cambia la dedicación de tu tiempo, cambia tu relación con los amigos. Todo cambia. Y además, tu casa también cambia. ¿Lo sabías? Y es que adaptar tu casa a los niños es una de las mejores decisiones que puedes tomar cuando van a pasar tiempo en ella. Hacer de tu hogar un lugar agradable y relajado para todos, en lugar de un potencial peligro continuo y una continua pelea con los niños, es un placer.

Cuando son muy bebés sólo necesitan a sus papás, su amor, su abrazo y cobijo. Su alimento. Pero después empiezan a moverse y a descubrir el mundo que les rodean.

Los bebés no saben de peligros, ellos exploran y exploran sin fin. Y si les pasa algo, aprenden. Por eso su seguridad es nuestra responsabilidad . Pero sin obsesionarnos, pensando siempre en los peligros reales y verdaderos. Y ahora te contaré dónde veo yo las diferencias.

Yo soy partidaria de adaptar la casa a ellos, en lugar de protegerles de ella. Es decir, nuestra casa no encierra tantos peligros como nos creemos, pero a veces, cada aspecto que miramos de ella nos parece peligroso y vemos amenazas por todas partes. Y cerramos los armarios y los cajones a cal y canto, las puertas las fijamos para que no las muevan y nos pasamos el día diciendo "no toques esto", "suelta aquello".

Sin embargo, con unas pequeñas pautas tu casa puede ser muy segura y a la vez permitir a tu pequeño divertirse, investigar y explorar sin parar. Puede ser como un parque de atracciones, gratis. Y tú estar tranquila mientras ellos juegan con los utensilios que encuentran, sin preocuparte por su seguridad.

Para mí existen unas pautas básicas. El límite está en lo que realmente es peligroso. Y por peligroso entiendo REALMENTE PELIGROSO, no potencialmente peligroso. En mi caso tengo cietas cosas que no tengo a su alcance o que tengo protegidas que realmente suponen peligro:
  • Enchufes. Como no los puedo quitar de su alcance, los tengo protegidos. Pero además, cuando se acerca a jugar con ellos o intenta meter algo por los agujeros le digo que eso no lo haga porque se puede hacer daño. Tenerlos protegidos te ayuda para los momentos en que no puedes atender todo a la vez, descuidos etc. Si se acerca, no le va a pasar nada. Pero aún así yo le explico, porque es importante saber que son peligrosos. Además, cuando vas a otras casas, hoteles, restaurantes donde no estén protegidos hay que tenerlo en cuenta.
  • Cristal y vidrio. En casa hemos adaptado el contenido de los muebles de la cocina. Hemos puesto en alto el cristal y vidrio y en las zonas donde llega hemos puesto despensa inofensiva (bricks, paquetes de pasta, cápsulas de café (le encanta jugar con ellas a meterlas y sacarlas de la caja), salvamanteles, tablas de cortar...), los tapers, platos y vasos de plástico... 
  • Productos de limpieza. Los hemos puesto en un armario cerrado que no puede abrir, pero en alto, así si nos dejamos el armario medio abierto en algún momento, tampoco hay peligro.
  • Cuchillos, tijeras... : también fuera de su alcance.
Para mí estos puntos son los realmente importantes. El resto, me importa menos. Éstas son algunas de las cosas que en casa sí le dejamos hacer libremente y aprender.
  • Abrir y cerrar cajones. No hemos protegido ninguno de los cajones de la casa, ni los del salón, ni los de la cocina, ni los de la habitación. Le gusta abrirlos, coger algo, sacarlo, luego lo vuelve a meter y lo busca. Se lo pasa genial. Y no conlleva ningún peligro. Se puede pillar el dedo, sí, pero él mismo se regula. No se va a pillar como para hacerse un daño realmente fuerte, así que si se pilla, aprende que tiene que quitar el dedo antes de terminar de cerrar. Sin intervenir nosotros él es capaz de jugar, interaccionar, aprender, descubrir. En la habitación abre cajones, saca ropa, juega con ella, se la pone por encima y a veces la guarda (puedes encontrarla en otro cajón, eso sí :-) ) y por supuesto no la dobla de nuevo, pero es divertido. Si te supone un problema pon en los cajones a su alcance ropa que no te importe mucho que descoloque, como pijamas, ropa de deporte, y no la del trabajo o la recién planchada.
  • Abrir y cerrar puertas. No le bloqueamos las puertas para que no pueda jugar con ellas. Ni las de los armarios ni las de las habitaciones. Ahora lo hace menos, pero ha tenido una época que tenía fijación con las puertas. Se lo pasaba de rechupete abriendo y cerrando. Lo que sí tenemos en cuenta es que no meta la mano en la zona de las bisagras, ahí sí es más peligroso. Y él sabe quitar la mano cuando va a cerrar la puerta y a veces te pide que se la vuelvas a abrir para seguir jugando.
  • Subir y bajar escaleras. Eso sí, bajo nuestra supervisión. Si vemos que quiere subir le acompañamos detrás, por si se resbala, y si quiere bajar, bajamos por delante, por la misma razón. Y cuando quiere subir a la buhardilla a jugar con los juguetes que tienen allí, emprende el camino y ya no hay quien le pare.
Los niños adoran jugar e investigar la vida real. A veces los mejores juguetes son una botella de plástico que coge del armario, un bote con lentejas que cuando lo mueve hace ruido. Botes de rosca que pueda encajar, abrir y cerrar. Vasos de plástico que pueda apilar y desapilar.

De esta manera nosotros estamos más seguros en casa, más tranquilos, podemos cocinar echándole un ojo de vez en cuando, pero sin importar demasiado con qué está jugando. Y sobre todo, no le estamos diciendo "NO" a todo. Es agotador para nosotros, y también para ellos, que parece que todo lo que hacen está prohibido. Cuando te encuentres diciendo "NO" muy a menudo, revisa tus hábitos, tu organización en el hogar... El problema no es que ellos investiguen, eso es algo natural. El problema es no tener la casa adaptada a ellos.

¿Te ha ayudado este post? ¿Añadirías algo? ¿Cómo lo hacéis en casa?


3 sept 2013

¿Hay que enseñar a comer a los niños?

Hoy traigo una reflexión acerca de los niños y la alimentación. Un tema que da para mucho. ¿Realmente los padres somos responsables de "enseñar a comer" a los niños? ¿O deberíamos ser simples facilitadores de procesos naturales evolutivos? ¿O deberíamos ser simplemente modelos de alimentación y rutinas saludables?

La alimentación de los bebés es un tema muy en auge siempre. Se escriben libros, se dan charlas, las familias lo ven como un tema complicado: "es que mi niño come fatal", "mi niño no come"...Realmente hemos llegado a unos puntos de real ansiedad y sufrimiento con este tema. Preocupación excesiva de los padres y sufrimiento de todos en general. ¿Debe ser así? ¿Hay otras formas de hacer el proceso más agradable y fluido?

Nuestros vecinos tienen unos nietos mellizos de unos dos años y parece que este domingo se han quedado a comer con ellos sin los padres. Se oyen todo tipo de juegos, de trucos (el avión, una por papá...), los dibujos animados de fondo por si cuela y le meto un par de cucharadas más sin que se dé cuenta... mi pregunta es... ¿es necesario todo esto? ¿Comer no es algo natural que hacemos los humanos si queremos sobrevivir? Tenemos todos ese instinto de supervivencia y comemos sin que nadie nos diga que tenemos que hacerlo, ¿no? Entonces... ¿por qué tanto revuelo alrededor de la comida? ¿No será que no les dejamos aprender de forma relajada y de ahí vienen los problemas?
Esto es lo que yo he aprendido de mi experiencia y de las experiencias de amigas y gente conocida:
  1. Los padres se quejan de que sus hijos no comen curiosamente lo que ellos tampoco comen. Esto me hace gracia porque algunos ni se dan cuenta. Una amiga en concreto me dijo «ya me dirás recetas para hacer con verdura porque no les encuentro el punto y el niño la come fatal». No les encuentro el punto significaba que no las comen mucho en casa. Así que, cómo va a comerlas el niño con emoción. Intentamos que tengan la mejor alimentación del mundo sin pensar en que somos nosotros los modelos que ellos siguen. Lo primero que podemos hacer nosotros es revisar nuestras rutinas y nuestra alimentación si queremos enseñarles algo.
  2. En ocasiones hay niños que con 2 años no quieren probar sólido. Si cuando tienen la curiosidad natural les dejamos experimentar con sólidos luego no les pasará esto, será algo muy interesante y divertido. ¡Y suele ser bien pronto! Nosotros lo hemos probado con Mario desde los 6 o 7 meses y ahora no hace ascos a nada por lo general. No todos los bebés tienen ganas de sólido a la misma edad, pero se trata de permitirles experimentar, darles la oportunidad, y así cuando les apetezca, ya estamos disponibles para ello. Si les damos sólo triturados hasta que nosotros decidimos que es mayor para empezar a comer sólido igual no llegamos en buen momento. Son ellos los que tienen que decidir acerca de esos aspectos. Y nosotros, los simples facilitadores. Si les dejamos experimentar con trozos de comida aprenden qué tamaños pueden manejar y cuáles no, al contrario de lo que pueda parecer. A mí me lo han dicho muchas veces comiendo fuera «el niño se ha metido un trozo enorme en la boca» con cara de susto... y él cuando se ha dado cuenta lo ha escupido hacia afuera y se acabó el problema. Ningún atragantamiento. Pueden ser más los sustos que nos llevamos nosotros debido a nuestros miedos que los problemas reales que esta forma de alimentación suelen dar. En mi experiencia ha sido así. 
  3. El mito por excelencia: los bebés sin dientes no pueden masticar. No mastican con los dientes, pero sí con las encías. Prueban texturas, tamaños y mastican. Y sobre todo, lo hacen con gusto, comerán poco al principio, pero disfrutan. Ven el acto de comer como algo nuevo, divertido, interesante. 
  4. Habitualmente les damos de comer en su horario y comparten poco tiempo de comer con nosotros. A veces no es fácil, pero es interesante intentar adaptar un poco los horarios familiares a ellos para poder compartir las comidas. Si duermen la siesta pronto, darles algo de media mañana y comer todos después de su siesta, por ejemplo. De esta manera esos momentos se convierten en un acto social de comer con la familia y así nos ven a nosotros cómo nos comportamos. Les da curiosidad por intentar comer con tenedor como nosotros (después de haber pasado la etapa de comer con las manos que es super interesante) y de beber agua como nosotros en vasos "de mayores" y de esta manera evolucionan de forma mucho más natural.
  5. No hace falta manipular a los niños para que coman. Si dejamos que el interés salga de ellos, no tendremos que buscar trucos, juegos o manipulaciones varias. Serán ellos solos los que querrán comer o no. O comerán más o menos. Pero ellos deciden. Y si les permitimos decidir, deciden bien. Está demostrado. Como decía mi abuela a sus hijas cuando la obligaban a comer "en mi estómago mando yo". Me parece una frase estupenda, seguro que muchos de los bebés a los que cebamos a comer la dirían si pudieran. Y si a un niño no le apetece comer porque está muy cansado, podemos (y debemos) permitirlo. Desde luego de hambre o malnutrición no va a morir. Yo ahora, adulta, por ejemplo, si tengo conflicto entre hambre y sueño siempre duermo primero, y ya tendré tiempo de comer cuando me levante. Y no pasa nada. Así que no hay que preocuparse en exceso.
  6. Las peleas con los niños a la hora de comer generan la mayoría de los rechazos a los alimentos que luego tienen. El hecho de ofrecerles aliementos variados (los mismos que tomamos nosotros con excepción de los que aún no puedan tomar por edad) les da la oportunidad de probar de todo y nutrirse bien. Insisto que al final el origen de todo está en nuestra propia alimentación y lo que comemos en casa y por tanto, lo que les ofrecemos. Además, convertimos los momentos de comer en familia en problemas, en situaciones desagradables que nos producen ansiedad o rechazo. A pensar en qué hacer de comer y que suponga un momento difícil... Vivimos mucho más relajados todos si les dejamos seguir su ritmo.
En resumen... el proceso de alimentación infantil es mucho más sencillo de lo que nos pensamos. No se trata de medir calorías, proteínas, nutrientes y estresarnos si no han tomado los gramos de pollo que tocaba... Ellos están mucho más conectados con su cuerpo que nosotros, no tienen tantos condicionamientos, adicciones (azúcar, harinas...), si un día quieren comer muchas patatas, será que el cuerpo les pide hidratos, al día siguiente igual toca más proteínas... a su ritmo. 

Apoyémosles y dejémosles ser  como ellos son y que decidan sobre su cuerpo y su alimentación.

¿Cuál ha sido tu experiencia en cuanto a la alimentación de tu hijo? Estaré encanta de que me la cuentes abajo, en comentarios.

¡Que pases un buen martes!

Gala Rodríguez

30 ago 2013

9 Razones para ir de camping con tus hijos

Este año hemos decidido irnos de vacaciones dos semanas seguidas. Las primeras vacaciones un poco más largas que una simple escapada de unos días de relax. Y el plan que más nos apetecía era irnos de camping, después de no haber ido el año pasado que Mario era muy pequeño y no nos animamos mucho. Lo que más nos apetecía era irnos a la naturaleza a relajarnos, bajar el ritmo mental y de rutinas y desconectar.

Además, hemos ido con tienda de campaña. No bungalow y por ahora nada de caravana, aunque es una opción que estamos empezando a barajar para poder ir a sitios donde por la noche refresca más o poder hacer rutas. Ya iremos valorando.

En esta ocasión hemos elegido un camping ecológico en la costa de Tarragona, a 4 o 5 km de la playa. Nos lo había recomendado una amiga muy especial y teníamos pendiente visitarlo. El camping tiene granja, huerto ecológico, actividades con niños para recolectar (luego pueden comprar un calabacín con 3 piedras, por ejemplo), visitar la granja, manualidades, pequeños talleres de cocina con niños, piscina de sal con zona de bebés, muchas sombras y hierba... Y muchas zonas para correr.


                                     Nuestro campamento base. Sencillito y estupendo a la vez.


Lo que yo he aprendido de esta primera experiencia es que es muy enriquecedora para todos. Padres e hijos. Y te voy a contar por qué y qué es lo que más nos ha gustado de la experiencia.

  1. Un camping puede ser muy familiar, como el que nosotros elegimos. Si vas con niños hay que buscar un camping de familias, será más divertido y agradable que ir a uno lleno de adolescentes de botellón.
  2. Los niños en el camping corren sin peligro, se divierten, sueltan toda su energía, hacen amigos por ahí o en la piscina, o mientras haces la cena y luego hay que avisarlos para cenar. Es como una urbanización cerrada con zonas comunes, pero el plena naturaleza. Es un placer hacer familias amigas, cenar juntos mientras los niños disfrutan unos con otros. Me encanta este ambiente.
  3. En el camping se lleva una vida sencilla, algo que para mí es muy gratificante para conectar un poco con la naturaleza, con uno mismo y relajar las tensiones acumuladas de la ciudad y del día a día.
  4. Montar la cocina en pleno campo y cocinar al aire libre, desayunar, comer, cenar al aire libre, para nosotros es un placer absoluto. 
  5. Levantarse de forma natural con la luz del sol que ilumina la tienda, con tranquilidad, disfrutando del silencio o de algunos cuchicheos de otros vecinos, con el fresquito de la mañana... mmm, qué rico.
  6. Puedes llevar un ritmo muy relajado en el camping, pero si quieres días más animados puedes ir a alguna ciudad de visita. Nosotros hemos pasado días muy tranquilitos en el camping, otros hemos ido a la playa y algún día nos hemos ido de turismo a Tarragona o  Mont Blanc, pero la verdad es que allí parece que nos bajó la presión sanguínea y nos quedamos en modo relax total, disfrutando del no hacer nada, del descanso, de tumbarnos en la hierba, de leer un ratito en la hamaca al anochecer...
  7. Alquilar bicis es de lo más divertido, muchos campings tienen el servicio de alquiler de bicis y desde ellos suele haber rutas o caminos para recorrer.
  8. Rutas caminando a buscar moras o melocotones a los peques les encantan.
  9. Además, ir de camping es barato (aunque Cataluña es de las zonas más caras para ir de camping).
Mario, a pesar de lo pequeño que es aún (17 meses) y de que no corre, se ha gateado medio camping, ha ido a cuatro patas con las rodillas estiradas tipo Mowgli, ha acabado negro como el betún de felicidad. Le ha encantado ir en bici a coger melocotones, iba señalando todo según pasábamos. Le ha gustado comerse las moras de los árboles y los melocotones recogidos para desayunar... Ha hecho amigos más mayores que le adoraban y jugaban mucho con él. Se levantaba feliz de salir a investigar la zona. Ha sido desde luego un placer verle reír, disfrutar y lo hemos agradecido todos mucho. Es una experiencia que nos ha unido, nos ha recargado pilas y nos hace querer buscar más campings donde llevar a cabo este estilo de vida y este tipo de vacaciones tan maravillosas.

Y tú, ¿has ido de camping con tus hijos? ¡Te recomiendo que pruebes esta experiencia! Puedes hacerte con el equipamiento básico o pedirlo prestado y si te gusta cada año vas comprando algo más que te vaya completando el equipo. ¡Sale barato!

28 ago 2013

Cuando llega la agitación del amamantamiento

La maternidad es un camino intenso que además, no tiene escapatoria. Debes afrontar cada situación, aprender a aceptarla, ser capaz de tomar decisiones, valorar tus necesidades, valorar las necesidades del bebé, de la pareja... es todo un reto conseguir un equilibrio, ¿verdad?

En casa estamos pasando una época muy intensa últimamente.

Desde que va a la guarde nuestros reencuentros son siempre "tetiles", y hasta ahora estaba encantada. Nuestro ratito de conexión después de tanto tiempo separados y de echarnos de menos. Los dos llevamos la separación bastante bien, en parte, nos hacía falta (eso lo contaré en otro post dentro de poco).

Sin embargo, últimamente ¡tengo un rechazo cuando llego y me mete la mano por el escote para pedir teta!

Nuestro pequeño no ha sido nunca de dormir mucho tiempo sin reclamar. Hasta bien mayor no ha dormido solo durante un ratito. En cuanto desaparecemos de su lado se despierta y llora.

Ahora, con 17 meses, ya hace algunos meses que hemos conseguido dormirle y salir de la habitación para estar un ratito relajados en el sofá, tener una conversación de adultos, de pareja, recoger la cocina o lo que requiera el momento. Sin embargo, rara es la vez que aguanta más de una hora dormido antes de despertar la primera vez.

Y cuando se despierta, teta. Hemos tenido épocas que quería dormir enganchado a la teta toda la noche, agotador. Amanecía yo con dolor de espalda y agotada. Aún así no me he decidido nunca por el destete nocturno, a pesar de que otras amigas me contaban su experiencia y lo que les había ayudado llevarlo a cabo.

De esas temporadas hemos tenido, como poco, dos. Pero larguitas. En estas temporadas ya no me refiero a que se despierte x veces en la noche, sino a que no suelta la teta en toda la noche y si se la quito, menudo pollo. Desesperante.

Diría que Mario nunca ha tenido una noche de despertarse sólo 2 veces, casi seguro que ni 3. La parte buena de la teta es que habitualmente se enchufa un momentito y se duerme enseguida. Y todos tan felices. La parte mala... es que últimamente tarda bastante en alguno de los despertares y cuando ya se la quito de la boca tenemos montado el espectáculo. Y menudo carácter se gasta. Lo tiene claro. Grita, se pone a dar patadas, si le intento acariciar me quita la mano con mucha mala leche... Y la bronca dura bastante tiempo. En muchas ocasiones por no desvelarnos tanto le vuelvo a dar teta y a dormir. Pero son noches agotadoras.

Y luego, madrugar. Y la desesperación de la falta de sueño. Ya casi año y medio y no tiene pinta de avanzar.

Y este cansancio últimamente me genera rechazo a la lactancia. Rechazo a que me pida teta. Rechazo a ofrecérsela. Por la noche, cuando tarda un poco más de la cuenta en dormirse, no lo soporto. Se la tengo que quitar en modo "es mía y quiero recuperarla". Y no estamos bien.

Este rechazo se llama "agitación del amamantamiento" y es algo natural. Ocurre a menudo. Y es algo que hay que contar y debe saberse, ya que tendemos a culpabilizarnos y a sentirnos las peores madres del mundo.

Imagino que él no lo entiende. Yo le explico. Pero no estamos bien. Él quiere, yo no quiero. Cuanto menos quiero yo, más quiere él. Si quiero jugar con él, él quiere teta. Y es mono tema entonces. Y yo quiero poder hacer con él más cosas que darle sólo teta. Menuda mezcla de sensaciones, ¿eh?

El caso es que hemos llegado a un punto difícil. Después de tantas épocas de desesperaciones nocturnas, que pueden estar relacionadas con la teta (o no), pero que me afectan a mí directamente, hay que dar algún paso. Yo siento que estoy atrapada y no veo el final del túnel.

Sin embargo hace sólo dos meses que ha empezado la guarde y también lo echo de menos durante el día. Hay días que ya sólo toma un par de veces (eso sí, de los dos pechos y un buen rato de mimos y jugueteo). Y me da nostalgia. Así que no estoy preparada aún para destetarlo. Entiendo que son procesos naturales, que los bebés crecen, aprenden a caminar, aprenden a controlar esfínteres, se destetan... y las madres somos las que peor lo llevamos en muchas ocasiones, no queremos que crezcan. En mi caso, cada etapa nueva que vivimos con él me gusta más que la anterior. Acepto bien que crece, que hace cosas nuevas, evoluciona. ¡Y me encanta! Pero en cuanto a la lactancia... aún no estoy preparada. Lo acepto. Llegará el momento.

¿Entonces? Yo no quiero seguir atrapada en esta situación de falta de sueño, de agotamiento. Ya no puedo más.

Hablando con su padre, comprensivo y amoroso, hemos decidido el destete nocturno. Y digo hemos porque también es decisión suya. En el sentido de que la colaboración de los padres en el destete nocturno es muy importante.

Así que llevamos unos días separados por la noche. Me he mudado al salón y estamos aplicando el "método padre". Yo le duermo con la teta la primera vez y después ya desaparezco hasta la mañana siguiente. Se ocupa él en cada despertar. Llevamos unos días y ya los echo mucho de menos por la noche.

Y yo le oigo llorar y despertarse, pero no acudo. Y por fin, esta vez, lo tengo claro, soy capaz. Quiero que salgamos del bucle. Quiero volver a disfrutar con nuestros momentos juntos y para ello necesito descansar. ¿Alguien me garantiza que vaya a despertarse menos habiéndose destetado? No. Pero algo tengo que hacer. Nuestra relación familiar está en juego. ¡No puedo seguir sintiendo ese rechazo hacia mi hijo! Con tal de que no me pida teta a veces hasta huyo de él. No puede ser...

A veces oigo un llanto suave y que se calma enseguida. Otros despertares son más agitados y duran un rato más. Su padre tiene una paciencia infinita y me ha relevado en la tarea que llevo haciendo yo estos 17 meses.

Qué difícil situación... pero seguro que avanzaremos y todos nos iremos adaptando. Por ahora se sigue despertando mucho. Las dos últimas noches han sido difíciles. Pero yo intento descansar un poco para disfrutar de él por las tardes y poder ver este proceso del destete nocturno como parte de nuestras vidas, no como algo que me consume por completo.

¿Has pasado por esto? ¿Qué decisión tomaste? ¿Fue fácil? Cuéntame, hagamos una piña de mamis amorosas.








21 ago 2013

Como hacer que tu bebé se duerma cuando está pasado de rosca

Te voy a contar el secreto

Te voy a contar cómo hacer que tu bebé se duerma, incluso estando muy cansado

Te voy a contar en qué consiste el Método Gala para ayudar a dormir a los bebés. ¡Y gratis!

Seguro que te ha pasado. Seguro que no sólo una vez.

¡Tu bebé está tan animado! Jugando, descubriendo mundo, (o por cualquier otra razón) que no quiere dormir. Pero le ves que está agotado, que lo necesita. Se rasca los ojos

Seguramente su hora de dormir habitual se ha pasado o habéis cambiado el ritmo en vacaciones. Son cosas que ocurren.

Y si no intervienes es capaz de seguir y seguir. Y llega un momento en que está tan hiperactivo que llora y ríe a la vez. Y si lo coges para ayudarle a dormir se enfada. Se tira de tus brazos. No quiere que le pares, quiere seguir jugando. 

Pero tú ves que hay que frenar el ritmo en ese momento o irá a peor. Y la experiencia lo confirma.

Y entonces te armas de valor y te dices, ¡se acabó, a dormir ya! 

Y bebé dice «joooo» en cualquiera de sus formas. Y tú, como buena madre rechistas: ¡ni jo ni ja! ¡A dormir y no hay más que hablar!

Y ahí te has pasado de lista porque no tienes ni idea de cómo vas a hacerlo. ¿Cómo vas a parar su ritmo intenso de energía tal como está?

Pues bien. Yo tengo el truco del almendruco. Yo soy experta en esto desde hace tiempo, puesto que mi bebé desde los 2 meses ha pasado fases así. Y es desesperante, ¿verdad?

Normalmente la teta ayuda mucho, es un somnífero estupendo, de los mejores. Pero no siempre funciona. Muchas veces el bebé no la quiere porque está ya que no sabe ni qué es lo que quiere. O cuando es un poco más grande y le das teta en la cama para dormir, si ya gatea, sale corriendo a seguir su juerga y tampoco sirve la teta. Se pone a trepar por encima de ti en la cama, intenta bajarse, etc.

Y, ¿qué haces entonces?

Hay gente a la que el carro le funciona, un paseo y se queda dormido como una marmotita. No es mi caso.

Hay gente a la que un paseo en el coche le funciona cuando todo lo demás falla. Tampoco es mi caso. El coche no ha sido su punto fuerte los primeros meses.

Está esa gente afortunada y luego estamos los demás. 

Y, ¿qué hacemos los demás?

¡Usar un portabebés! ¡Por supuesto! ¡Pon un portabebés en tu vida!



Es un truco infalible, no falla. Yo he descubierto que en el portabebés se siente contenido y arropado. De los brazos se tira para que lo deje en el suelo de nuevo. Pero de un fular o una mochila no puede bajarse. Y entonces se relaja, no queda otra. Baja poco a poco el subidón que lleva hasta que cae.
Eso sí. No es mano de santo, no es inmediato. Se enfada, se queja, se rebela. Si aguantas un poco, acaba cayendo. Se desahoga, llora, grita el exceso de energía y por fin se relaja. Y se duerme, por fin.

Ten paciencia. Durante esos momentos de crisis absoluta en que llora y grita piensa en otra cosa. Distráete. Ponte a hacer algo. Date un paseo. Lleva la ropa limpia al cajón y guárdala, mira el Facebook, date una vuelta por este estupendo blog.

Es importante que estés tranquila, y no te contagies de su energía arrasadora. Si te desesperas intentando que se duerma, se pone peor, se estresa. Por eso es importante que te distraigas y te centres en otra cosa.

Y de repente te das cuenta de que se ha dormido.

¡Qué bendición del cielo! ¡Qué silencio! Y míralo ahí dormidito, qué lindo está, qué carita de placer. Y entonces te relajas tú también y disfrutas del momento. Y se te cae la baba de nuevo.

Éste es mi secreto. Yo lo llamo método Gala para ayudar a dormir a tu bebé. Es infalible. :-)

Y tú, ¿qué método usas? Cuéntame aquí abajo en los comentarios

¡Nos vemos en el siguiente post!

Gala Rodríguez






13 ago 2013

Mamá, ¡te quiero feliz! ¡Cuídate!

Mamá, tú eres mi mamá perfecta.

Tú me has dado la vida. Te informaste sobre la manera más amorosa de traerme al mundo. Facilitaste mi salida al exterior. Trabajamos en equipo. ¡Qué hermosa experiencia!

Mamá, no sabes cuánto te agradezco que me hayas dado la vida. Eso es algo que nunca podré compensar.

Mamá, sé que intentas darme todo lo mejor. Lees libros que crees adecuados en cuanto a crianza. Aprendes y consultas sobre lactancia. Sobre alimentación. Sobre juego y desarrollo. Mamá, cuántas ganas tienes de hacerme sentir a gusto a tu lado. Eres la mejor madre que he podido elegir.

Pero mamá, acuérdate de no darlo todo por mí. Si te consumes se te acabará todo lo que tengas para darme. Si te olvidas de ti misma no tendrás más amor que darme puesto que si no te amas y te cuidas no puedes hacerlo con nadie más.

Mamá, recuerda que yo aprendo con el ejemplo. Si tú te ocupas de ti, yo aprendo que tengo que cuidarme y respetarme.

Mamá, tú ya eres perfecta para mí tal como eres. ¡Eres mi madre!

No te obsesiones con hacerlo todo como has leído o te estresarás.

Permítete ser humana y aprender. Nuestro camino juntos acaba de empezar, nos queda toda la vida por delante. No desfallezcas puesto que nos queda mucho por aprender juntos. Es la salsa de la vida.

Por favor, mamá, no te olvides nunca de esto. No te olvides nunca de ti. De atenderte primero a ti y pedir ayuda si lo necesitas. Si tú estás bien, yo estoy bien. Si tú estás estresada por querer ser super mamá o super mujer, yo no podré estar bien.

Conoce tus limitaciones, descansa, delega, aprovecha mi llegada a tu vida para aprender mucho de ti misma, pues este nuevo camino juntos nos enseñará mucho a todos.

Mamá, ocúpate primero de ti para que yo pueda recibir lo mejor de tu SER.

Mamá, ya eres mi mamá perfecta.

Siempre serás mi mamá perfecta con tus aciertos y tus fallos.

Te quiero.