26 sept 2013

Destete nocturno y colecho: es posible

Hace algunas semanas te contaba que estaba pasando por una racha muy amarga en mi maternidad. Agitación del amamantamiento que me producía rechazo con mi hijo a todas horas. Si no lo leíste, aquí puedes hacerlo. Ahora, vengo a contarte el final de esta historia. O al menos, el final provisional, ya sabemos que las cosas con los peques cambian muy a menudo, según pensamos que le hemos cogido el truco a algo, al día siguiente todo cambia. Si por algo se rige esta aventura de ser padres es por el continuo cambio de las situaciones y de nosotros depende adaptarnos a ellas o no. En mi caso, tomé la decisión de llevar a cabo el destete nocturno, con el "método padre", como te cuento en este post al que te hacía referencia. Una decisión que me costó mucho tomar, después de muchas y diferentes etapas no muy agradables.

Llevar a cabo cualquier tipo de destete no es nada fácil. Si lo decide el peque, por mucha tristeza que tengamos nosotras es mucho más agradable y llevadero, no hay broncas con él ni conflictos. Pero cuando quien lo decide es la madre, por la razón que sea, suele ser bastante más difícil.

En mi caso estaba muy desbordada y no había sido capaz de tomar la decisión, pero llegó un momento en que era la única salida que veía. Y lo llevamos a cabo con determinación. Si decides en algún momento llevar a cabo el destete tienes que tenerlo muy claro y tener mucha convicción, puesto que se pasan situaciones muy difíciles y hay que seguir adelante para terminar con éxito la tarea. Si tienes el apoyo de tu pareja y él te ayuda, mucho mejor porque será seguramente menos traumático para todos. Y si decides hacerlo tú sola, cárgate de paciencia y asume que va a ser difícil, pero que se pasará, os adaptaréis todos a la nueva situación.

Yo salí de la habitación. Habiendo pasado una semana fuera hice un intento de volver y fue un retroceso. La primera noche no se dio cuenta de que estaba porque estaba al otro extremo de él. Sin embargo, la segunda noche me acosté antes que mi pareja y cuando se despertó la primera vez fui lo primero que vio y volvimos a las andadas.

Volví a salir de la habitación. Pusimos una cama en la habitación del peque y me trasladé allí. Y para evitar que volviera a ocurrir un retroceso y de paso descansar yo mejor para reponerme del bache emocional y físico por el que estaba pasando, decidimos quedarme otra temporada allí. Ciertamente había noches mejores y peores. Alguna incluso se despertó sólo una vez en toda la noche. Otras veces, 5 despertares. Pero no llegaban a ser de la duración de antes cuando era yo la que le atendía. Solía calmarse antes con su padre porque sabía lo que había. Y no había teta.

Pasaron algunas semanas, diría que unas 3 semanas en total. A nosotros nos apetecía volver a dormir juntos, como pareja. Pero no queríamos trasladar al peque. Aún nos gusta dormir con él y disfrutamos mucho con sus despertares matutinos, cuando nos abraza, nos sonríe, nos habla en su idioma. Y la idea de que fuera la única solución a medio plazo nos llenaba de tristeza. Queríamos seguir durmiendo los tres juntos. Pero desde luego, la idea de dormir yo en otra habitación, no era algo que quisiéramos mantener mucho más tiempo. Como algo provisional, sí, pero, ¿qué solución veíamos a medio plazo? ¿Y si al volver yo a la habitación volvíamos a la misma situación?

Pero para saber si la situación avanzaba o no, había que comprobarlo. Así que volví a la habitación, con un poco de tensión. Juntamos la cama de la otra habitación con la nuestra y tenemos mucho espacio (tenemos los somieres sin patas, a la altura del suelo). Empecé con miedo... no quería volver a sentir de nuevo que no había manera de que la situación avanzara. Intentando no acostarme yo antes que mi pareja para que cuando se despertara siguiera atendiéndolo él y yo colocarme al otro extremo de la cama.


Esta no soy yo, es una imagen cortesía de FreeDigitalPhotos


Cada noche iba siendo más relajada y el peque ya se dio cuenta de que estaba yo también en la cama. Y si quería que lo atendiera yo, saltaba a su padre y venía a mi cobijo. Pero ya sin pedir teta, sólo abrazo. O se me tumbaba encima para tener contacto completo. O se me acurrucaba en el ala y se relajaba.

Llevamos unos 10 días y parece que vamos bien. Se calma bien sin teta, se ha acostumbrado a que por la noche no hay teta y la pide cuando se levanta por la mañana y ahí sí que le doy. Le doy al dormirse y al levantarse y estamos los dos encantados y llenos de amor. Ya no supone un obstáculo para nuestra relación mamá- bebé y tampoco para la relación de pareja. Y podemos seguir durmiendo todos juntos, como deseábamos.

Así que estoy feliz cual perdiz. Estoy descansando bien, puedo dedicar tiempo a mis asuntos personales y a mi emprendimiento, porque tengo energía puesto que he dormido. Por las tardes estamos felices de pasar tiempo juntos, nos reímos y hacemos el tonto. Por la noche disfruto cuando me abraza y se calma acurrucado junto a mí. Y seguimos disfrutando de sus despertares matutinos llenos de humor y amor.

Como ves, se puede destetar por la noche, sin que suponga mucho trauma para ninguno y seguir colechando. Con lo que me ha costado tomar la decisión y lo bien que nos ha funcionado.

¿Te ha ocurrido algo parecido? ¿Estás pensando en destetar? Comparte tu experiencia en los comentarios, ya sabes que me anima saber que me lees :-)

Feliz juernes (sí, esa manera de colapsar el jueves y el viernes),

Gala



23 sept 2013

Rutinas, ¿sí o no?

Hoy te traigo este tema de debate. Será porque es lunes y después del fin de semana llega de nuevo la rutina que me ha surgido éste asunto y no otro. Igual que después del verano y las vacaciones llega de nuevo la rutina en casa. Y la pregunta del millón, sobre todo cuando te conviertes en madre o padre... rutinas ¿sí o no?

Es bastante habitual ver familias que cuando tienen un hijo se vuelven unos obsesos del reloj. Para todo. Para hora de desayuno, de comida, de cena, de siesta de la mañana, de siesta de la tarde, de hora de dormir... La misma rutina de baño, masaje, cena y a dormir... etc. Dicen que las rutinas a ellos los relajan porque aprenden qué va después y les ayuda a sentirse seguros. Yo no sé si eso es aplicable a todos o no.

Imagen cortesía de freedigitalphotos.net

En mi caso reconozco que no lo he sido, y cuando he querido poner un poco de orden no lo he conseguido porque mi niño ha ido por libre. Y cuando yo lo he intentado ha sido porque se volvía una situación insostenible para la familia. Se dormía tardísimo por la noche. No teníamos tiempo ni para recoger la mesa de la cena. Estábamos deseando que fuera un niño de esos que se duermen sobre las 20:30 o 21h y dejan un ratito de tranquilidad a sus padres para hablar entre adultos, para recoger un poco la casa, preparar comidas para la semana... lo que implica la vida diaria. Aún así, cuando yo he intentado marcarle un horario de siestas ha sido muy estresante porque cuando estaba muy cansado yo intentaba que no se durmiera y era peor. Además, cuando dormía tenía que ser conmigo al lado, en cuanto me iba de su lado tardaba 20 minutos en despertarse, por lo que pasar las 24h del día con él suponía eso, las 24h. No podía aprovechar sus sueñecitos para hacer nada y ese desorden interno mío se reflejaba en el exterior. A nivel de mi emprendimiento, de mi casa, de mi alimentación, de mi familia, de la relación de pareja y en mi humor y estado de ánimo.

Entonces, ¿qué nos ha ayudado en nuestro caso? Nuestro hijo ha empezado la "guarde" en julio (aquí puedes leer qué tuvimos en cuenta para elegir dónde llevarlo) y eso nos ha organizado a todos la vida. Él ha cogido el horario sin estrés, fácilmente. Allí si algún día ha tenido sueño por la mañana lo han echado un poquito a dormir, pero han sido veces contadas, puesto que con los otros niños, el jardín y con tanta distracción le es fácil aguantar hasta después de comer. Sin embargo, con nosotros en vacaciones y fines de semana, bastante a menudo se duerme una siesta a media mañana y otra después de comer.

Por curioso que parezca, la completa dedicación a mi hijo no me dejaba tiempo para nada más. Y ahora que hemos entrado en estas nuevas rutinas relajadas el tiempo cunde mucho más. Hay tiempo para casi todo. Estamos mejor como pareja, nuestra casa mucho más ordenada (sin volverse locos, pero un mínimo), nuestra relación con el peque mucho más fluida, agradable y amorosa, con menos estrés porque hemos podido dedicar tiempo a las otras áreas necesarias en la vida.

Y es que en nuestra familia nos ha venido muy bien esta rutina de él. Cuando tienes un hijo la rutina de él es la que manda y si él tiene una rutina estable, la vida familiar consigue un poco más de rutina estable, para cosas tan necesarias como preparar comidas y alimentarse bien, organizar la casa, la ropa...


Además, a mí me ha ayudado mucho para coger rutina para escribir en el blog y trabajar en el ordenador, planificar y preparar talleres con la vuelta al cole, después del parón de verano. Y así, todos disfrutamos más porque tenemos un poco más de tiempo para dedicar a todo lo necesario y lo que nos hace felices.

¿Qué quiero decir con todo esto? No digo que las rutinas sean mejores o peores, seguramente va en función de las familias y de los bebés. Hay bebés que cogen su propia rutina ellos solos y podemos amoldarnos bien a ella. No digo que sea obligatorio tener unas rutinas estables, pero en mi experiencia nos ha ayudado a equilibrar un poco los tiempos dedicados a unas cosas y a otras. También es verdad que cada niño marca un poco los ritmos y no siempre es fácil adaptarse a ellos o llegar a un punto agradable para todos.


Sin embargo, una rutina muy estricta implica vivir estresados y pendientes del reloj a todas horas, sin ser capaces de hacer excepciones, puede llevar a sentir que se ha perdido todo tipo de vida en pro de la "nueva rutina familiar". Y sí, la vida ha cambiado, ya no somos 2, somos 3, pero se trata de buscar un equilibrio que nos permita estar a gusto a todos. Los adultos queremos seguir viendo a nuestros amigos, salir a cenar fuera, salir al campo... Por esto me gustan mucho los portabebés, que permiten que el bebé duerma en cualquier sitio si es su momento, pegadito a mamá o a papá mientras ellos pasean, comen o disfrutan de un rato en la naturaleza, sin verse así tan limitadas las actividades que pueden hacer todos juntos. En casa podemos tener la rutina de bañar al bebé a las 20h, luego cenar y dormir. Pero si un día salimos con unos amigos a tomar algo, ese día puede no haber baño y el niño puede dormirse en el carro o en la mochila. Y todos felices y disfrutando de todas las facetas de la vida. En la flexibilidad está el truco.

¿Cuál es tu experiencia con las rutinas? ¿Te han ayudado? ¿Vives bien sin ellas? ¡Deja tu comentario!

¡Feliz semana!
Gala

20 sept 2013

Entrevista a Pilar Martínez y Mónica Serrano

La maternidad es maravillosa, ¿verdad? Y también muchas veces desquiciante, desbordante, siempre intenso. Saca lo mejor de nosotras y también lo peor, ¿estás de acuerdo? Pues bien... con respecto a la lactancia en concreto pasa igual. Es precioso amamantar a tu bebé, es una relación especial entre ambos y son unos momentos inigualables, pero hay veces que tenemos situaciones con las que podemos sentirnos estresadas o saturadas.

Seguramente todas nos hemos sentido desbordadas en algún momento en nuestra lactancia (mi experiencia te la conté en este post, aunque ya han cambiado las cosas y tengo pensado un nuevo post para contártelo, puesto que estoy muy feliz de nuevo y hemos conseguido el objetivo), ya sea al comienzo de la misma o más adelante. Es genial poder tener un entorno donde no sentirte juzgada y poder expresar todo el remolino de emociones que puede suponer la lactancia materna.

Alguna vez a través de Facebook ya te he hablado de Pilar Martínez, autora del blog Maternidad Continuum y de varios libros sobre lactancia materna (Destetar Sin Lágrimas, Los 5 pasos para tener éxito en tu lactancia materna.

Pues bien, en esta ocasión se ha unido con Mónica Serrano de Psicología y Crianza para crear una Videoconferencia sobre Aspectos Emocionales en la Lactancia. Por este motivo he decidido hacerles una entrevista a las dos, para que nos cuenten un poco sobre este interesante proyecto.

Aquí puedes leer las preguntas y sus respuestas:


¿Cómo surgió la idea de crear este taller?

La idea surge como respuesta a una demanda muy generalizada: madres desbordadas emocionalmente a lo largo de sus lactancias. Madres que no disfrutan de su lactancia y que se sienten muy solas porque “deberían” sentirse pletóricas de felicidad.

Madres cuyas sombras aparecen de una forma intensa y que necesitan entender lo que les está sucediendo.

Son tantas las consultas que ambas recibimos sobre este asunto que decidimos ofrecer un taller específico para ayudar a las mujeres a identificar sus emociones, reconocer sus necesidades y gestionar sus sentimientos adecuadamente para poder disfrutar de lactancias más positivas y felices.


¿Cuál es el contenido del taller?

Nos basamos en el análisis de las expectativas personales como punto de partida. Después, consideramos importante analizar la confianza en la propia capacidad para el amamantamiento, estudiar el desarrollo del postparto inmediato, la importancia del contacto precoz y de las primeras tomas, las tomas nocturnas y el cansancio extremo de las madres lactantes, el papel del padre y los referentes culturales como base de las emociones maternas.

Trataremos también temas cómo el reconocimiento de las propias necesidades, la sexualidad durante la lactancia y los miedos sin olvidar hablar de las emociones del bebé amamantado y su fusión emocional con la mamá.


¿Qué queréis transmitir con esta Videoconferencia?

Realmente queremos ayudar a las madres lactantes a tomar conciencia de la esfera emocional como aspecto esencial en la lactancia para, así, dotarlas de la capacidad de afrontar dichas emociones. Creemos que la toma de conciencia es esencial para el adecuado manejo de las mismas.

También queremos crear un espacio en que compartir experiencias y hablar sin tapujos de los que estamos sintiendo, porque vamos a abrir un grupo de facebook privado ara todos los asistentes al taller.


¿Qué debe hacer alguien que quiera apuntarse?

Entrar en este enlace y reservar su plaza. Hay que darse un poco de prisa porque sólo hemos abierto 25 plazas para asegurar que el trato a los asistentes es personalizado.

La videoconferencia será el viernes 27 de septiembre, a las 11:30 h (hora de Madrid), pero si no puedes conectarte en directo, recibirás la grabación del mismo. Y por supuesto, todos los asistentes recibirán también el acceso al grupo privado de facebook y una Guía con las pautas ofrecidas en la charla.

Aquí tienes la infomación resumida, en el siguiente cartel:



Estas dos mujeres tienen un éxito imparable, así que si te interesa el taller, corre, porque suelen empezar a llenarse pronto. Con internet en nuestras vidas, no hay fronteras, esto es maravilloso. Podemos crear una tribu virtual amorosa en la que compartir nuestras más íntimas experiencias y sentirnos apoyadas por mujeres a las que ni siquiera conocemos. Maravilloso, ¿no?

¿Qué te parece este taller?¿Conocías a Pilar y a Mónica? Interesante su labor, ¿verdad?

Sin más, te deseo un feliz fin de semana (¡por fin viernes!).

Gala

18 sept 2013

Galletas de avena veganas (sin trigo, lácteos, azúcar y huevo)


Hoy te traigo una receta de galletas de avena veganas (sin huevo ni lácteos), pero, además, sin azúcar ni trigo. 

El trigo suele sentar mal, da gases e hincha, muchas veces los problemas de obesidad vienen de una cierta intolerancia al trigo que la mayoría de la gente tiene y no sabe. El trigo se ha manipulado mucho a lo largo de los años para poder tener panes más esponjosos y usarlo en repostería, masas... y el cuerpo humano por lo general no lo reconoce ya y no lo tolera bien. Aunque no notes nada raro cuando comes trigo, puedes hacer la prueba de dejar dejar tomar trigo un par de semanas y verás cambios. Incluso en trigo integral está muy modificado.

Las galletas que podemos encontrar en el mercado suelen de todas con trigo refinado o integral (además de llevar mucho azúcar también). Hay algunas excepciones como galletas hechas con harina de espelta, centeno o kamut (hace un tiempo publiqué una receta de un pan de kamut rápido de hacer, aquí puedes verla), que además suelen llevar otros endulzantes que no son azúcar refinado. Pero son más difíciles de encontrar, yo las compro en tiendas de alimentación ecológica y la verdad es que son muy caras.

Buscando recetas de galletas para probar a hacer en casa encontré ésta del blog El festín de Marga pero le hice mis cambios para hacerla a mi gusto.

El ingrediente principal en esta receta es harina de avena que es bastante barata dentro de las harinas que no son las de trigo habituales. Y la harina secundaria puedes variarla según te apetezca. Puedes poner de centeno, de espelta... yo he puesto de kamut porque me gusta bastante, aunque es cara, pero es suave de sabor.

Como endulzante, sirope de ágave. El azúcar refinado está bastante desaconsejado. También puedes usar melazas de cereales que tienen una textura parecida a la miel. Son azúcares de absorción lenta que ayudan a tu cerebro a ponerse en marcha, mientras el azúcar no cumple esa función. Además de otras muchas razones por las que es mejor reducir el consumo de azúcar.

Tengo pendiente añadir jengibre a la receta, seguro que quedan estupendas. Una amiga me ha dicho que va a probar con coco. Estoy deseando volver a hacerlas. Así quedaron la última vez que las hice. ¡Ñam!




Y ya paso a contarte cómo hacerlas.

Ingredientes:
  • 300 g de harina de avena integral
  • 100 g de harina de kamut
  • 250 g de copos de avena integrales
  • Una cucharadita de levadura química
  • ½ cucharadita de bicarbonato sódico
  • 200 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 200 ml de sirope de agave

Preparación:
  • Pon el horno a precalentar a180°.
  • Mezcla en un bol los ingredientes sólidos: las harinas, los copos de avena, la levadura y el bicarbonato.
  • Añade los ingredientes líquidos: el aceite y el sirope de ágave e integra todo bien removiendo con una espátula de cocina o una lengua.
  • Pon papel vegetal en la bandeja del horno y haz bolitas con las manos (además es muy relajante), ponlas en el papel vegetal y aplástalas. Si prefieres darles formas puedes extender la masa y usar cortapastas.
  • Mete la bandeja en el horno unos 10 minutos. Ponte una alarma para que te avise porque se hacen muy rápido. Es mejor que queden más claras en lugar de doraditas porque así por dentro estarán más blandas y al sacarlas endurecen un poco. Si no, pueden quedar demasiado duras.

Salen bastantes galletas, puedes guardarlas en una bolsa de congelar y dejarlas en la despensa.
Son muy fáciles de hacer y para preparar con niños son ideales. Es una forma estupenda de divertirse a la vez que preparan su propia comida y aprenden algo de cocina saludable.

¿Sueles hacer galletas? ¿Con tus hijos sueles cocinar? Deja tu comentario aquí debajo :-)

Que tengas un feliz y creativo miércoles.

Gala

16 sept 2013

11 puntos a valorar para elegir guardería (parte 2)

La semana pasada publiqué la primera parte de este post, respecto a algunos puntos que me parecen importantes a la hora de evaluar una escuela infantil, coloquialmente, guardería. Como el post sobre esta temática era bastante largo lo he dividí en 2 para dosificarte la información un poco y que no se te haga densa y aburrida. Te invito a leer la primera parte para tener la introducción y la visión global del artículo. Aquí puedes leerla.

En la primera parte del post empecé la enumeración de puntos clave a la hora de decidir dónde dejar a tu hijo. Aquí te dejo los siguientes puntos que he recopilado. Seguro que hay muchos más interesantes, hay posibilidad de que en algún momento tenga que publicar una tercera parte :-):

  •  Que tengan unos horarios básicos pero orientativos. Entiendo que tengan hora de comer y hora de siesta. Pero no hace falta mucho más. En la nuestra cuando preguntamos horarios nos dijeron hora de comer, siesta y merienda (que va todo seguido). Y cuando pregunté qué hacen con ellos durante el tiempo que están allí me dijo con una cara de extrañada por mi pregunta "pues jugar y nos gusta mucho estar en el jardín, siempre que podemos salimos". Y con eso a mí ya me conquistó bastante, en comparación con otras que vendían unos horarios infernales de actividades dirigidas y 2 tiempos de recreo, como si fuera un colegio. Otra cosa que me gusta mucho es que los de cierta edad ya no duermen siesta por la mañana, pero si tienen sueño, los acuestan. No son rígidas. También es verdad que en nuestro caso ha ocurrido muy poco, porque llega allí y tiene tantas distracciones que aguanta estupendamente hasta la siesta que es en torno a las 13h. Sin embargo con nosotros en vacaciones o fines de semana a las 11:30 se tiene que echar un ratito porque no aguanta más.
  • Que los cambios de pañal sean los adecuados. Por lo que yo he visto en las que he visitado, tienen horarios de cambio de pañal (por ejemplo antes de comer, después de la siesta o algo por el estilo), pero están siempre pendientes a si uno se hace caca. Es importante para que no se les irrite el culito.
  • Que la comida sea la que tú consideras adecuada o te permitan hacer algún cambio si no lo es. Yo con esto no estoy muy conforme pero todas funcionan igual. Proteínas animales a diario y metidas en el puré de verduras (el primer año). Sin embargo, cereales no les dan, entienden que se los das por la mañana en el desayuno, pero con la de energía que consumen, sería interesante. Por ejemplo, me parecería mejor un arroz con verduras :-).
  • Que no les den ningún medicamento sin llamarte antes. Ni apiretal ni dalsy ni nada.
  • Que te informen de todo a diario cuando vas y te dejen pasar a buscarle a su clase o al jardín (en lugar de traerlo a él a la puerta) porque así puedes verlo en acción jugando, es muy bonito verle en el ambiente sin que te vea él, porque no sabes cómo está el resto del día, si está contento, si juega, etc.
  • Que te pille cerca para poder ir dando un paseo. Ahora con el calor pues es difícil, pero dentro de nada ya se podrá ir dando un paseo y de vuelta a casa pasar por el parque, por la tienda. Hemos perdido ese tipo de relación con el barrio y a mí me encanta. Bastante coche tenemos ya todos los días.

Nuestra adaptación fue muy tranquila. Cuando fuimos a hacer la matrícula estuvimos un ratito en su clase con su maestra y sus compis. Enseguida se me tiró de los brazos al suelo y quiso ponerse a jugar. Otro día fuimos de visita un ratito también. Después, ya empezando el periodo de adaptación, el primer día yo me quedé con él, estuvimos unas 2h y nos fuimos a casa juntitos.

Y luego fuimos poco a poco. Estuvo una temporada llorando al quedarse, pero no era un llanto de angustia, eso se nota, era más como "joo, no te vayas, anda". Y yo cuando me salía del aula me quedaba escuchando a ver cómo seguía, si lloraba de angustia pensaba llevármelo a casa o quedarme, intentar hacerlo de la mejor manera para él. Pero le duraba 1 minuto el llanto y luego las maestras siempre decían que se lo pasaba bien, al principio más retraído y luego más animado conociendo e investigando.

Al principio comía peor, pero enseguida se adaptó y se lo zampa todo. La primera semana fue un poco difícil porque como cambian los horarios luego están cansados y hasta que se adaptan es un poco odisea. Pero estos peques se adaptan a todo en tiempo récord, somos nosotras las que peor llevamos este tipo de cambios. 

Ahora cuando lo llevamos a la escuela por la mañana y ve que llegamos a la escuela la señala, emite sonidos de alegría y se pone feliz.

¿Cuál ha sido tu experiencia? ¿Fácil? ¿Angustiosa? Ya sabes, el blog se alimenta de tus comentarios, cuéntame si te apetece. Seguro que me he dejado otras cosas importantes en el tintero... admito tus sugerencias también :-)

13 sept 2013

11 puntos a valorar para elegir guardería (parte 1)

Esta semana ha llegado la vuelta al cole. Para algunos peques sus primeros días de separación. Es un proceso para toda la familia. Yo te voy a contar mi experiencia y cómo puedes hacer para elegir un lugar que te guste, donde dejar a tu hijo y qué hay que tener en cuenta, desde mi punto de vista. 

Si ya tu peque ha empezado esta semana, ¿qué tal está siendo? ¿Cómo lo lleva? ¿Y tú? 

Por lo que he visto hasta ahora las mamás lo llevamos peor que los papás. Diría que ellos suelen ser más capaces de aceptar que es un proceso de adaptación para toda la familia. Sin embargo parece que nosotras, las mamás, nos apegamos más a la tristeza y a la culpa y empatizamos más con los nenes, igual hasta demasiado. Y digo demasiado porque ellos nos necesitan bien y confiadas. Cuanto más seguras nos ven de nuestra decisión y nuestra elección más confían ellos. Somos sus modelos y sus figuras de protección. Si a mamá no le gusta el lugar donde me deja... ¿cómo puedo estar tranquilo yo si es ella la que me cuida y no la veo convencida de que sea el mejor lugar para mí?

Mario ha empezado la guarde este verano. Para mí fue muy difícil aceptar que necesitaba ayuda con él y que necesitaba buscar un lugar donde dejarle unas horas, puesto que no tengo familia que me ayude durante el día y hasta que venía el papá estaba sola con él. Y no sé si vuestros peques os dan tregua, pero yo poco puedo organizarme estando con él.

Así que una vez asumido que necesitaba ayuda, buscamos opciones. Madres de día en verano, difícil. Así que optamos por visitar algunas escuelas infantiles de la zona y ver qué feeling nos daban. Visitamos 5 escuelas.

¿Qué valoraba yo a la hora de la visita? ¿Qué preguntas me preparé? El post me ha quedado bastante largo, así que para que puedas leerlo sin que te parezca un mogollón lo voy a dividir en 2.

Te lo voy a detallar aquí los primeros puntos a tener en cuenta.
  • Que no te vendan la moto. Siendo escuelas privadas me parece un punto importante. Hay mucho marketing en esto, se mueve mucho dinero. Y te cuentan que la comida allí es maravillosa, que utilizan tal método, que las instalaciones son lo mejor. Aquí no hay que dejarse embaucar. Todo esto es importante, pero la base es otra. Sobre todo hay que ver qué hay detrás de esas palabras preciosas.
  • Que ofrezcan sencillez: juego sin métodos revolucionarios. Los métodos para hacer bebés inteligentes me producen un poco de rechazo. Estimulación, inglés, teatro, música. Me parece que son intentos de introducirlos en horarios demasiado estresantes, ya tendrán tiempo, ¿no? Incluso en una de ellas la directora cuando le pregunté por el horario de mañana me dijo que ¡se perdería las actividades de la tarde! Esa, descartada. Desde mi punto de vista necesitan un lugar que les deje libertad para desarrollar su creatividad, mucho juego libre y acompañamiento cuando sea necesario. La psicomotricidad se aprende de manera natural si necesidad de tener un horario para psicomotricidad fina, otro para psicomotricidad gruesa. Si dejas a los niños comer con las manos, es psicomotricidad, si les das espacio para jugar y moverse, con juguetes grandes, pequeños, obstáculos, botes con rosca, vasos apilables, botellas... todo son juguetes para ellos y ejercitan la psicomotricidad también.
  • Que ofrezcan una adaptación flexible. Muchas escuelas tienen el plan de adaptación del peque muy estricto con el argumento de que "si te dejan hacer esto a ti, entonces tienen que dejar a todos". Una cosa es que tengan un plan de adaptación y otro que no sean flexibles para contar con las necesidades de cada familia. Para mí la adaptación flexible consiste en:
    1. Tiempo que pasará cada día en la escuela durante el periodo de adaptación. 
    2. Tiempo en días que dura la adaptación hasta que se quede a su jornada completa.
    3. Que te dejen quedarte con él si lo consideras adecuado. Este punto me parece importante porque no es lo mismo que el peque conozca las instalaciones y a las maestras de tu mano que solo. Si él ve que tú estás a gusto con ellas, te ve relacionarte con ellas, estás en su entorno, es más fácil que se quede tranquilo y confiado.
  • Que los cojan en brazos sin excusas. He oído la excusa de "es que si lloran los 8 a la vez no los puedo atender, así que no les cojo". Eso no me vale, porque no lloran todos a la vez, y si te necesita alguno, ¿no puedes cogerlo en ese momento? En la nuestra me gustó mucho que disfrutan cogiéndolos en brazos. Mario es muy mimoso y algún día durante su primer mes cuando llegué a buscarlo estaba en brazos de una de las maestras y le pregunté si le pasaba algo. Y me respondió tan pancha "no, es que es un mimoso y me encanta, me pide brazos y a mí m gusta mucho cogerle".
  • Que les dejen madurar a su ritmo. Yo pregunté en concreto sobre caminar y sobre el control de esfínteres. Mario entró con 15 meses y medio y aún no caminaba, ni intentos que hacía. Y yo no quería forzar su desarrollo. El asunto del abandono del pañal es algo muy fluido si no lo aceleras y eso es lo que me gustaría para mi hijo. 

Tengo algunos puntos más en el tintero, los que faltan hasta los 11 :-). Estos próximos días podrás leer la segunda parte del post. Lo que has leído hasta ahora, ¿qué te parece? ¿Estás de acuerdo? ¿Cuál es tu experiencia?

¡Feliz fin de semana!
Gala

10 sept 2013

Cus cus de quinoa y canela





Como hace tiempo que no publico recetitas y tengo algunas pendientes, hoy traigo una deliciosa y diferente: cus cus de quinoa y canela.

Es el plato que hemos comido hoy y ha sido todo un éxito. Se puede tomar caliente si es invierno, templado o incluso frío a modo de ensalada.

El ingrediente principal es la quinoa, un pseudocereal poco conocido pero estupendo. Esto dice Odile, de Mis recetas anticáncer, sobre la quinoa:

"La quinoa tiene proteínas de alta calidad y una excelente proporción de aminoácidos. Se usa en los suplementos para astronautas diseñados por la NASA. Además la quinoa no contiene gluten y su índice glucémico es muy bajo. Se considera el cereal (o más bien el pseudocereal más nutritivo del mundo)."

En casa es uno de los habituales, junto con el mijo, la avena y el arroz integral, aunque este último lo estamos dejando un poco de lado. A mí me gustan mucho las mezclas de sabores dulces con salados junto con cereales. Por ejemplo: calabaza, zanahora, pasas... En esta ocasión he hecho una mezcla entre una receta que suelo hacer y una que vi el otro día en el programa de Ana Moreno "100% Vegetal". Y nos ha gustado mucho. Está bien dar al paladar diferentes tipos de sabores para evitar que luego te pida un dulce de postre :)

Paso a detallar la receta, que me enrollo como las persianas.


Ingredientes:
  • Quinoa
  • Cebolla o puerro o ambos
  • Verduras u hortalizas dulces como zanahoria o calabaza
  • Calabacín o cualquier otro tipo de verdura de sabor un poco más neutro
  • Un poco de ajo si se quiere para dar sabor
  • Uvas pasas y orejones
  • Sal
  • Canela


Preparación:
  • Cocemos en un cazo la quinoa. Yo no mido mucho el agua que le pongo, echo bastante y cuando está hecha la saco y la cuelo para quitar el exceso de líquido.
  • Mientras se cuece la quinoa, cortamos la cebolla y el puerro y las verduras dulces y las ponemos a pochar en una sartén con aceite no muy caliente (ya sabes, el aceite no debe humear), con un poquito de sal para ayudar al cocinado. Si queremos poner ajo, lo añadimos ahora. Yo eché un diente pero cortado muy grande para poder quitarlo bien, que en casa no nos gusta mucho comerlo.
  • Cuando empiecen a estar un poco blandas echamos el calabacín que tiene más contenido de agua y se hace antes que las anteriores. Yo en este caso no tenía y no le he puesto, queda rico igual.
  • Echamos un poquito de canela en el sofrito. Es un toque diferente que queda riquísimo con el dulce de la calabaza o zanahoria y las frutas secas.
  • Cortamos unos orejones en trozos del tamaño deseado.
  • Cuando estén las verduras ya pochadas y cocinaditas, echamos las frutas secas (uvas pasas y orejones cortados) y meneamos algunas vueltas.
  • Si tenemos la quinoa ya cocida podemos añadirla a la sartén con el sofrito para que coja el sabor. Si no, no pasa nada, se puede montar en el plato o en la fuente.

Una variación que podemos incluir si lo tomamos frío o templado es añadir algo crudo y de paso nos llevamos todas las propiedades de las hortalizas crudas. Puede ser un poco de zanahoria rallada, tomate, apio, calabacín en tiras (hechas con el pelador, por ejemplo)... 

Este plato está de rechupete, a nuestro peque le ha encantado así que se convertirá en uno de nuestros nuevos favoritos. Tiene una combinación de dulces con canela y verduras que lo hace atractivo y poco aburrido. Super nutritivo, rico y otra nueva forma de comer verduras para los peques.

A veces me encuentro haciendo los cereales todos de la misma manera con la misma combinación y es aburridísimo, así que... a seguir investigando.

¿Cómo los cocinas tú? ¿Cuáles son tus cereales preferidos? Déjame un comentario aquí abajo y cuéntame :-)



6 sept 2013

Cómo adaptar tu casa para los niños

Cuando tienes hijos todo cambia, sí. Cambia la relación de pareja, cambia la dedicación de tu tiempo, cambia tu relación con los amigos. Todo cambia. Y además, tu casa también cambia. ¿Lo sabías? Y es que adaptar tu casa a los niños es una de las mejores decisiones que puedes tomar cuando van a pasar tiempo en ella. Hacer de tu hogar un lugar agradable y relajado para todos, en lugar de un potencial peligro continuo y una continua pelea con los niños, es un placer.

Cuando son muy bebés sólo necesitan a sus papás, su amor, su abrazo y cobijo. Su alimento. Pero después empiezan a moverse y a descubrir el mundo que les rodean.

Los bebés no saben de peligros, ellos exploran y exploran sin fin. Y si les pasa algo, aprenden. Por eso su seguridad es nuestra responsabilidad . Pero sin obsesionarnos, pensando siempre en los peligros reales y verdaderos. Y ahora te contaré dónde veo yo las diferencias.

Yo soy partidaria de adaptar la casa a ellos, en lugar de protegerles de ella. Es decir, nuestra casa no encierra tantos peligros como nos creemos, pero a veces, cada aspecto que miramos de ella nos parece peligroso y vemos amenazas por todas partes. Y cerramos los armarios y los cajones a cal y canto, las puertas las fijamos para que no las muevan y nos pasamos el día diciendo "no toques esto", "suelta aquello".

Sin embargo, con unas pequeñas pautas tu casa puede ser muy segura y a la vez permitir a tu pequeño divertirse, investigar y explorar sin parar. Puede ser como un parque de atracciones, gratis. Y tú estar tranquila mientras ellos juegan con los utensilios que encuentran, sin preocuparte por su seguridad.

Para mí existen unas pautas básicas. El límite está en lo que realmente es peligroso. Y por peligroso entiendo REALMENTE PELIGROSO, no potencialmente peligroso. En mi caso tengo cietas cosas que no tengo a su alcance o que tengo protegidas que realmente suponen peligro:
  • Enchufes. Como no los puedo quitar de su alcance, los tengo protegidos. Pero además, cuando se acerca a jugar con ellos o intenta meter algo por los agujeros le digo que eso no lo haga porque se puede hacer daño. Tenerlos protegidos te ayuda para los momentos en que no puedes atender todo a la vez, descuidos etc. Si se acerca, no le va a pasar nada. Pero aún así yo le explico, porque es importante saber que son peligrosos. Además, cuando vas a otras casas, hoteles, restaurantes donde no estén protegidos hay que tenerlo en cuenta.
  • Cristal y vidrio. En casa hemos adaptado el contenido de los muebles de la cocina. Hemos puesto en alto el cristal y vidrio y en las zonas donde llega hemos puesto despensa inofensiva (bricks, paquetes de pasta, cápsulas de café (le encanta jugar con ellas a meterlas y sacarlas de la caja), salvamanteles, tablas de cortar...), los tapers, platos y vasos de plástico... 
  • Productos de limpieza. Los hemos puesto en un armario cerrado que no puede abrir, pero en alto, así si nos dejamos el armario medio abierto en algún momento, tampoco hay peligro.
  • Cuchillos, tijeras... : también fuera de su alcance.
Para mí estos puntos son los realmente importantes. El resto, me importa menos. Éstas son algunas de las cosas que en casa sí le dejamos hacer libremente y aprender.
  • Abrir y cerrar cajones. No hemos protegido ninguno de los cajones de la casa, ni los del salón, ni los de la cocina, ni los de la habitación. Le gusta abrirlos, coger algo, sacarlo, luego lo vuelve a meter y lo busca. Se lo pasa genial. Y no conlleva ningún peligro. Se puede pillar el dedo, sí, pero él mismo se regula. No se va a pillar como para hacerse un daño realmente fuerte, así que si se pilla, aprende que tiene que quitar el dedo antes de terminar de cerrar. Sin intervenir nosotros él es capaz de jugar, interaccionar, aprender, descubrir. En la habitación abre cajones, saca ropa, juega con ella, se la pone por encima y a veces la guarda (puedes encontrarla en otro cajón, eso sí :-) ) y por supuesto no la dobla de nuevo, pero es divertido. Si te supone un problema pon en los cajones a su alcance ropa que no te importe mucho que descoloque, como pijamas, ropa de deporte, y no la del trabajo o la recién planchada.
  • Abrir y cerrar puertas. No le bloqueamos las puertas para que no pueda jugar con ellas. Ni las de los armarios ni las de las habitaciones. Ahora lo hace menos, pero ha tenido una época que tenía fijación con las puertas. Se lo pasaba de rechupete abriendo y cerrando. Lo que sí tenemos en cuenta es que no meta la mano en la zona de las bisagras, ahí sí es más peligroso. Y él sabe quitar la mano cuando va a cerrar la puerta y a veces te pide que se la vuelvas a abrir para seguir jugando.
  • Subir y bajar escaleras. Eso sí, bajo nuestra supervisión. Si vemos que quiere subir le acompañamos detrás, por si se resbala, y si quiere bajar, bajamos por delante, por la misma razón. Y cuando quiere subir a la buhardilla a jugar con los juguetes que tienen allí, emprende el camino y ya no hay quien le pare.
Los niños adoran jugar e investigar la vida real. A veces los mejores juguetes son una botella de plástico que coge del armario, un bote con lentejas que cuando lo mueve hace ruido. Botes de rosca que pueda encajar, abrir y cerrar. Vasos de plástico que pueda apilar y desapilar.

De esta manera nosotros estamos más seguros en casa, más tranquilos, podemos cocinar echándole un ojo de vez en cuando, pero sin importar demasiado con qué está jugando. Y sobre todo, no le estamos diciendo "NO" a todo. Es agotador para nosotros, y también para ellos, que parece que todo lo que hacen está prohibido. Cuando te encuentres diciendo "NO" muy a menudo, revisa tus hábitos, tu organización en el hogar... El problema no es que ellos investiguen, eso es algo natural. El problema es no tener la casa adaptada a ellos.

¿Te ha ayudado este post? ¿Añadirías algo? ¿Cómo lo hacéis en casa?


3 sept 2013

¿Hay que enseñar a comer a los niños?

Hoy traigo una reflexión acerca de los niños y la alimentación. Un tema que da para mucho. ¿Realmente los padres somos responsables de "enseñar a comer" a los niños? ¿O deberíamos ser simples facilitadores de procesos naturales evolutivos? ¿O deberíamos ser simplemente modelos de alimentación y rutinas saludables?

La alimentación de los bebés es un tema muy en auge siempre. Se escriben libros, se dan charlas, las familias lo ven como un tema complicado: "es que mi niño come fatal", "mi niño no come"...Realmente hemos llegado a unos puntos de real ansiedad y sufrimiento con este tema. Preocupación excesiva de los padres y sufrimiento de todos en general. ¿Debe ser así? ¿Hay otras formas de hacer el proceso más agradable y fluido?

Nuestros vecinos tienen unos nietos mellizos de unos dos años y parece que este domingo se han quedado a comer con ellos sin los padres. Se oyen todo tipo de juegos, de trucos (el avión, una por papá...), los dibujos animados de fondo por si cuela y le meto un par de cucharadas más sin que se dé cuenta... mi pregunta es... ¿es necesario todo esto? ¿Comer no es algo natural que hacemos los humanos si queremos sobrevivir? Tenemos todos ese instinto de supervivencia y comemos sin que nadie nos diga que tenemos que hacerlo, ¿no? Entonces... ¿por qué tanto revuelo alrededor de la comida? ¿No será que no les dejamos aprender de forma relajada y de ahí vienen los problemas?
Esto es lo que yo he aprendido de mi experiencia y de las experiencias de amigas y gente conocida:
  1. Los padres se quejan de que sus hijos no comen curiosamente lo que ellos tampoco comen. Esto me hace gracia porque algunos ni se dan cuenta. Una amiga en concreto me dijo «ya me dirás recetas para hacer con verdura porque no les encuentro el punto y el niño la come fatal». No les encuentro el punto significaba que no las comen mucho en casa. Así que, cómo va a comerlas el niño con emoción. Intentamos que tengan la mejor alimentación del mundo sin pensar en que somos nosotros los modelos que ellos siguen. Lo primero que podemos hacer nosotros es revisar nuestras rutinas y nuestra alimentación si queremos enseñarles algo.
  2. En ocasiones hay niños que con 2 años no quieren probar sólido. Si cuando tienen la curiosidad natural les dejamos experimentar con sólidos luego no les pasará esto, será algo muy interesante y divertido. ¡Y suele ser bien pronto! Nosotros lo hemos probado con Mario desde los 6 o 7 meses y ahora no hace ascos a nada por lo general. No todos los bebés tienen ganas de sólido a la misma edad, pero se trata de permitirles experimentar, darles la oportunidad, y así cuando les apetezca, ya estamos disponibles para ello. Si les damos sólo triturados hasta que nosotros decidimos que es mayor para empezar a comer sólido igual no llegamos en buen momento. Son ellos los que tienen que decidir acerca de esos aspectos. Y nosotros, los simples facilitadores. Si les dejamos experimentar con trozos de comida aprenden qué tamaños pueden manejar y cuáles no, al contrario de lo que pueda parecer. A mí me lo han dicho muchas veces comiendo fuera «el niño se ha metido un trozo enorme en la boca» con cara de susto... y él cuando se ha dado cuenta lo ha escupido hacia afuera y se acabó el problema. Ningún atragantamiento. Pueden ser más los sustos que nos llevamos nosotros debido a nuestros miedos que los problemas reales que esta forma de alimentación suelen dar. En mi experiencia ha sido así. 
  3. El mito por excelencia: los bebés sin dientes no pueden masticar. No mastican con los dientes, pero sí con las encías. Prueban texturas, tamaños y mastican. Y sobre todo, lo hacen con gusto, comerán poco al principio, pero disfrutan. Ven el acto de comer como algo nuevo, divertido, interesante. 
  4. Habitualmente les damos de comer en su horario y comparten poco tiempo de comer con nosotros. A veces no es fácil, pero es interesante intentar adaptar un poco los horarios familiares a ellos para poder compartir las comidas. Si duermen la siesta pronto, darles algo de media mañana y comer todos después de su siesta, por ejemplo. De esta manera esos momentos se convierten en un acto social de comer con la familia y así nos ven a nosotros cómo nos comportamos. Les da curiosidad por intentar comer con tenedor como nosotros (después de haber pasado la etapa de comer con las manos que es super interesante) y de beber agua como nosotros en vasos "de mayores" y de esta manera evolucionan de forma mucho más natural.
  5. No hace falta manipular a los niños para que coman. Si dejamos que el interés salga de ellos, no tendremos que buscar trucos, juegos o manipulaciones varias. Serán ellos solos los que querrán comer o no. O comerán más o menos. Pero ellos deciden. Y si les permitimos decidir, deciden bien. Está demostrado. Como decía mi abuela a sus hijas cuando la obligaban a comer "en mi estómago mando yo". Me parece una frase estupenda, seguro que muchos de los bebés a los que cebamos a comer la dirían si pudieran. Y si a un niño no le apetece comer porque está muy cansado, podemos (y debemos) permitirlo. Desde luego de hambre o malnutrición no va a morir. Yo ahora, adulta, por ejemplo, si tengo conflicto entre hambre y sueño siempre duermo primero, y ya tendré tiempo de comer cuando me levante. Y no pasa nada. Así que no hay que preocuparse en exceso.
  6. Las peleas con los niños a la hora de comer generan la mayoría de los rechazos a los alimentos que luego tienen. El hecho de ofrecerles aliementos variados (los mismos que tomamos nosotros con excepción de los que aún no puedan tomar por edad) les da la oportunidad de probar de todo y nutrirse bien. Insisto que al final el origen de todo está en nuestra propia alimentación y lo que comemos en casa y por tanto, lo que les ofrecemos. Además, convertimos los momentos de comer en familia en problemas, en situaciones desagradables que nos producen ansiedad o rechazo. A pensar en qué hacer de comer y que suponga un momento difícil... Vivimos mucho más relajados todos si les dejamos seguir su ritmo.
En resumen... el proceso de alimentación infantil es mucho más sencillo de lo que nos pensamos. No se trata de medir calorías, proteínas, nutrientes y estresarnos si no han tomado los gramos de pollo que tocaba... Ellos están mucho más conectados con su cuerpo que nosotros, no tienen tantos condicionamientos, adicciones (azúcar, harinas...), si un día quieren comer muchas patatas, será que el cuerpo les pide hidratos, al día siguiente igual toca más proteínas... a su ritmo. 

Apoyémosles y dejémosles ser  como ellos son y que decidan sobre su cuerpo y su alimentación.

¿Cuál ha sido tu experiencia en cuanto a la alimentación de tu hijo? Estaré encanta de que me la cuentes abajo, en comentarios.

¡Que pases un buen martes!

Gala Rodríguez